Los padres fumadores transmiten la nicotina a través de la piel o la ropa
Desde que, en nuestro país, se impuso la ley anti-tabaco, muchos padres han tenido que cambiar sus hábitos a la hora de fumar sus cigarrillos. Como si repente hubieran tomado conciencia de lo perjudicial que resulta este mal hábito con sus niños, la mayoría de ellos han optado rescindir su uso dentro del hogar o, al menos, no hacerlo mientras estén los niños en casa. Pero lo que quizás no sepan es que esa nicotina que transmitimos a los bebés se hace a través de la piel, la ropa o el resto de tejidos y enseres que tenemos en casa.
Así lo demuestra un estudio realizado en Cataluña y que nos habla del «humo de tercera mano», y que es el que se queda adherido en la piel o las ropas del fumador. No en vano, y según esta investigación, los bebés que duermen en la misma habitación y sus padres son fumadores, presentan tres veces más nivel de nicotina que aquellos que duermen en habitaciones separadas.
Sólo el 30 por ciento del humo de los cigarrillos queda en el ambiente, el restante 70 por ciento es el que se queda adherido en las ropas, la piel o los enseres y paredes, consiguiendo una condensación de nicotina mucho mayor que aquel que queda suspendido en el aire. Por lo tanto el peligro no es tanto en un ambiente lleno de humo, si no en el contacto directo con el padre fumador.
Este estudio se llevó a cabo tras analizar el pelo de más de mil bebés de cuyos padres, al menos uno, era fumador. Comprobando que casi el 80 por ciento contenían más de un miligramo de nicotina acumulado. Cierto es que la mayoría afirmaban tomar precauciones para no fumar delante de sus bebés, pero parece que no resulta suficiente.
Vía | El Ciudadano
Foto | Pixabay – Cherylholt
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