Padres: 6 razones para cultivar la paciencia con los niños

La paciencia se fortalece cuando se ejercita en el día a día. Por el contrario, se debilita cuando no se cultiva de forma consciente. Pues bien, la mirada amable y respetuosa de la paciencia es clave para padres, familias y educadores. Existen numerosos factores en el estilo de vida actual y en el contexto social que no crean las condiciones favorables para ser paciente.
Y es que, el ser humano recibe constantes mensajes y estímulos vinculados con la prisa, la inmediatez y la velocidad. ¿Por qué es esencial recordar con frecuencia que la paciencia es un ingrediente valioso en la conexión con los niños?
1. Respetar el ritmo de la infancia
El ritmo de los adultos, el estrés, las responsabilidades y la exigente relación con el tiempo condicionan en diferentes ocasiones el propio mundo infantil. Y es que, el niño también recibe mensajes vinculados con la velocidad, la prisa y las exigencias de la gestión del tiempo.
2. Respetar el ritmo de cada niño
Es esencial respetar el universo de la infancia desde un punto de vista general. Y, por supuesto, es esencial cultivar el arte de la paciencia de una forma más concreta con cada niño, puesto que posee unas cualidades, circunstancias y características únicas.
3. Más allá del ideal
En ocasiones, la paciencia se rompe cuando el adulto deposita expectativas que están más vinculadas con una visión ideal de un escenario, una situación o un comportamiento que con la realidad en sí misma. En un escenario ideal no existen imprevistos, factores adversos o dificultades. Sin embargo, en la vida real, y en el ámbito familiar, sí se producen diferentes variables ante las que es aconsejable practicar la paciencia.
4. La flexibilidad es clave en la educación, el cuidado y la crianza
La paciencia se alinea con otra habilidad que es clave en la educación, la crianza, el cuidado, la planificación o la familia. Es esencial ser paciente y flexible para adaptarse a las nuevas circunstancias puesto que estas pueden cambiar de forma repentina.
5. Es esencial ser paciente con uno mismo
Es recomendable cultivar la paciencia en la conexión con los niños, pero también es fundamental ser paciente con uno mismo o con otras personas del entorno. En definitiva, es una virtud que se alinea en distintas direcciones. Ser paciente con uno mismo es el primer paso para serlo también con los demás.
6. La paciencia aporta autoestima y da frutos a largo plazo
Frente a ese ritmo de la inmediatez del que hemos hablado previamente, la sabiduría de la paciencia se orienta hacia el medio o largo plazo. De hecho, no está determinada por fechas y límites establecidos, sino que puede cultivarse como una filosofía de vida que pone en valor la espera y la confianza.
En ocasiones, ante el ritmo del día a a día y la exigencia de la rutina, es posible olvidar aspectos esenciales en la práctica como el valor que tiene la paciencia. En última instancia, es una expresión de sabiduría, respeto y amabilidad.
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