Ordenar los juguetes, una tarea bien divertida

Ordenar los juguetes, una tarea bien divertida

Escrito por: Sacra    10 enero 2013    2 minutos

Después de la avalancha de juguetes que han recibido los niños durante la Navidad, es normal que tengan su cuarto hecho una pena. Así que ahora toca la tarea de enseñarles a organizarse y ser ordenados, con solo unos cuantos consejos verás que sencillo.

Después de que Papá Noel y los Reyes Magos hayan descargado un buen lote de juguetes nuevos y ahora los niños, en muchos casos, se sientan desbordados, es el momento de organizar el lugar de juego si no queremos acabar enterrados por una avalancha de infinita diversión, algo con lo que se disfruta mucho mientras están jugando pero que, a la hora de recoger, siempre los hay que se les «olvida» con una facilidad impresionante.

Es evidente que la predisposición al orden y a mantener sus cosas recogidas, es algo que debemos ir inculcando desde bien pequeños, así cuando van creciendo, ya lo han incorporado a su rutina diaria y, posiblemente, no tendremos que insistir y enfadarnos, para acabar convirtiéndose en todo un problema. Pero si hasta ahora lo hemos ido dejando, quizás sea el momento de empezar. Aquí te dejo algunos consejos que pueden ayudarte en la tarea.

Lo primero es facilitarle el modo de almacenaje: cestos grandes, cajones, baúles, lejas o cualquier mueble que, colocado a su alcance y altura, pueda servirle para ordenar todas sus cosas. En el mercado existe una gran variedad y algunos de ellos, una vez cerrados, te sirven como mesa o banco.

Algo que no debes olvidar es que los niños aprenden por imitación por lo tanto puede ser una buena idea que le ayudes a recoger, incluso el resto de la familia. Ese momento, que puede resultar de una pesadez infinita, podemos convertirlo en un juego: «tú recoge los de tal color», «a ver quien gana cogiendo más juguetes» o, incluso, al veo-veo: «veo una pelota morada con dibujos cuadrados». Y eso sí, siempre motivarle a que continúe, felicitarle y darle un buen achuchón por el deber cumplido. Verás como antes de que te des cuenta lo hará sin ayuda y de un modo tan automático como el respirar.

Foto | Churumbea

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