Olé para los alevines del Sevilla y el Espanyol de fútbol
Si hay algo que no me gusta del fútbol, como en general en la vida, son las trampas. Las simulaciones de patadas, las reales para parar al contrario, etc. dicen que forma parte del juego, y a mí me parecen tomar un atajo para ganar algo que no estás capacitado para lograr. Por eso, y aunque por edad se salen un poco de la temática del blog, creemos que el gesto de los jugadores alevines de Sevilla y Espanyol merece nuestro reconocimiento.
Por si alguien aún no sabe de que hablamos, los niños, de entre 10 y 12 años, han dado una lección de deportividad a sus ídolos. Ambos equipos jugaban la final del torneo Iraurgi Cup, antes conocido como Torneo de la Amistad. Fue una final muy reñida que terminó en penaltis con victoria para los sevillistas. Pero sobre todo con sorpresa. Los jugadores con su entrenador al frente, decidieron ceder el trofeo a los periquitos.
Los niños del Sevilla son los ganadores del torneo, eso no se lo quita nadie, pero con su gesto reconocen el esfuerzo, la calidad y la limpieza del juego de sus compañeros de Barcelona. Según dicen fueron mejores pese al resultado. Además se da la circunstancia que los espanyolistas eran más jovencitos y en esas edades se nota mucho la diferencia.
No es el único caso en el fútbol canterano, según hemos leído en Sport los juveniles del Barça se dejaron marcar un gol para solventar un malentendido previo, y no han sido los únicos. Parece que entre los jóvenes se premia el trabajo y la justicia por encima de las victorias.
Es imposible trasladarlo al fútbol profesional, hay demasiados intereses en juego como para arreglar injusticias sobre el terreno de juego, pero tampoco pasaría nada por reconcer el mérito del contrario, o que se ha ganado sin merecerlo. Aunque para algunos el gesto de los alevines sevillistas es condescendencia, para mí y para la mayoría, es un ejemplo de deportividad del que aprenderán unos y otros.
Vía | El Periódico
Foto | Blogs El País
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