Los nódulos tiroideos en los niños
En el siguiente artículo nos referiremos a los nódulos tiroideos en los niños. Comenzaremos por recordar que la glándula tiroides se encuentra en el lado frontal de la garganta, encima de la clavícula. Esta es una glándula muy importante ya que las hormonas que segrega le permitirá a los niños crecer y desarrollarse mentalmente y físicamente.
Al hablar de los nódulos nos referiremos a una masa firme que aparece en esta glándula. En algunos casos pueden ser cancerosos, pero en la mayoría de los casos no lo son. Sabemos que es muy raro que se den en niños o adolescentes, pero en algunos casos sí aparecen.
En términos generales podemos decir que hay diferentes tipos de nódulos, entre ellos el coloide nódulo, es uno de los más benignos, el mismo se forma por la acumulación de las células tiroideas en la glándula tiroides.
Al hablar de los nódulos nos referiremos a una masa firme que aparece en esta glándula.
También encontraremos el adenoma folicular, también es un nódulo benigno que se presenta de manera solitaria, además tiene la ventaja de ser indoloro. En el caso de los quistes tiroideos estamos hablando de sacos que están llenos de fluidos que tienen un tamaño pequeño y se forman en la glándula tiroides.
Los nódulos inflamatorios son los que provocan una inflamación de tipo crónica dentro de la glándula tiroides. Y, por último, encontramos el cáncer de la tiroides, se trata de nódulos cancerosos que tienen un origen muy complicado.
Al presentarse los nódulos se verá afectada la producción de las hormonas tiroideas, esto provoca que el pequeño sufra una disminución en la secreción de hormonas o hipotiroidismo o una hiperactividad en la glándula o hipertiroidismo.
En el caso de los niños no se podrán ver síntomas claros en un comienzo, pero a medida el nódulo crezca podrá llegar a afectar los tejidos dentro de la glándula. En muchas oportunidades crece a un tamaño tal que se puede ver en el cuello.
Dependiendo del caso en particular pueden aparecer síntomas como cambios en la voz, ronquera, dolores en la zona, problemas al tragar, pérdida de peso, pulso irregular, nerviosismo, aumento en su ansiedad. Intolerancia al frío, piel seca, fatiga, rostro hinchado.
Generalmente este problema es detectado en un chequeo médico de rutina, en el caso de que el médico tenga sospecha podrá pedir estudios complementarios, como un examen de sangre.
Vía | La saludi
Foto | Pixabay – 54118
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