No sólo los celos aparecen entre hermanos
Aunque habitualmente, asociamos el sentimiento de los celos en los niños hacia el hermano recién nacido, hay también una edad en la que van dirigidos a otras figuras: los padres.
Entre los 2 y los 4 años, los niños despiertan un apego mayor hacia uno de los padres, inclinándose por el del sexo opuesto. Aparentemente es algo normal, pero puede complicarse si se convierte en obsesivo hasta el punto de intentar evitar que estén juntos, llegando a afectar a la relación de pareja. La manera que tienen los niños de protegerse al presentir que la relación de los padres les puede afectar en falta de cariño se refleja en este sentimiento que proyectan cuando consideran que puede peligrar su relación con el adulto elegido.
A estos celos se los relaciona con los complejos de Edipo y Electra. El complejo de Edipo se detecta en los niños con mayor apego a sus madres. Término creado por Sigmund Freud, el sentimiento de amor hacia la madre se torna en celoso hacia el padre, tendiendo a finalizar cuando el niño aprende a reprimir sus instintos sexuales.El complejo de Electra es al contrario. Esta clase de complejo fue desarrollado por el psicoanalista Carl Jung. En este caso, es la niña la que ofrece mayor atracción hacia su padre.
A pesar de esto, todo suele quedar en meras anécdotas. Es algo relacionado con la edad, perfectamente normal, y que no deja huella en ningún momento del desarrollo del niño.
Los padres deben contemplar esto como una parte más del desarrollo del niño, dándole la importancia necesaria y no concediendo al niño muestras de que se hace con los mandos de la situación, fundamentalmente para que no haya grietas en la pareja. Es un sentimiento normal que no plantea peligro a tan corta edad. Ya se calentarán la cabeza cuando tengan nuestra edad.
Vía | el jardin de infancia