¿Niños y petardos? Siempre con seguridad, y siguiendo estos consejos
Hace casi dos semanas que empezaron las fiestas de la Magdalena en Castellón… duran mucho, aunque afortunadamente no tanto como para que aún las estemos viviendo. A modo de ritual (casi) obligado, compré un cubo de petardos, bengalas, y otros elementos similares, nunca me ha interesado esta diversión, pero cuando se tienen hijos, se pasa por encima de las propias prioridades.
Por otro lado, con la seguridad infantil soy bastante estricta, y he tardado mucho en dejarles un poco a su aire cuando han querido disfrutar con el ruido y las lucecitas. Ahora el mayor tiene casi 12, y “no es para tirar cohetes” (juego de palabras facilón), pero me da cierta tranquilidad. Primero Castellón, y ahora Valencia, la ‘cremà’ es hoy mismo, pero estas recomendaciones las podéis seguir aplicando en las festividades locales que empezarán a sucederse cuando llegue el buen tiempo.
Ya se sabe que en Levante, muchos eventos populares, son casi indisociables del fuego, pero no se puede manipular este elemento sin saber ‘con qué jugamos’. De hecho los profesionales de pirotecnia, o los ‘correfocs’ han sido formados especialmente para el cumplimiento de su menester.
Los papás y las mamás no tenemos que hacer ningún curso, para advertir a los niños sobre el uso de petardos, pero nos viene bien aplicar el principio de precaución, ¿queréis saber más?
Cuestión de edades
En 2013, el Gobierno Valenciano rebajó las edades para poder utilizar material pirotécnico, en ningún caso los menores de ocho años están autorizados. Más abajo se indican las especificaciones contrastadas:
* A niños de 12 años / 8 en Comunidad Valenciana (categoría 1), sólo deberíamos comprarles artículos de muy baja peligrosidad (que hicieran, además, muy poco ruido). Por ejemplo bombetas, bengalas, ruedas de estelas o bolas de humo.
* Los artificios de baja peligrosidad para aire libre en zonas grandes, los dejamos para niños de más de 16 años / 10 en la Comunidad Valenciana (categoría 2). En este grupo encontramos artículos voladores como avispas, tubos de humo, minipetardos (de tipo tracas chinas) o petardos de intensidad mediana.
* La última categoría queda reservada a mayores de edad: aviones, cubanitos, masclets, halley’s, mariposas (y similares), serán utilizados en zonas de gran superficie, y su nivel sonoro no puede ser perjudicial para la salud.
Consejos generales
La hora de la compra es tan importante como la utilización de los diferentes productos: las cajas deben estar etiquetadas, para que podamos saber de qué clase son los petardos, las edades recomendadas, y las recomendaciones de seguridad. Vigila que esté marcado el etiquetado CE.
Las recomendaciones e instrucciones de uso, sería conveniente leerlas junto a los niños, y asegurarnos de que las entienden. Intenta que no queden almacenados en casa, y en cualquier caso, no guardarlos cerca de productos químicos o inflamables, o de sustancias peligrosas; no los pongas tampoco en la alacena de los alimentos.
No dejes que los niños lleven petardos en sus bolsillos (no lo hagas tú tampoco); y compra también mecha larga, porque usar el encendedor resulta molesto y puede provocar pequeñas quemaduras.
¡A tirar petardos! (con seguridad)
Ya lo sabes… pero se dejan en el suelo, y se encienden; después nos separamos para dejarlos actuar. Por favor: no dejes que los niños acerquen la cara o las manos al fuego. Si tienen entre ocho y 12 años, necesitan una autorización especial (en la Comunidad Valenciana) para que se entienda que los padre solicitan la disminución de la edad. Además conviene permanecer junto a ellos, no os confiéis. Evita zonas arboladas o concurridas, no es necesario ir molestando a nadie, sólo para ver cómo funcionan nuestros artefactos.
Los petardos jamás se deben explosionar mientras están dentro de envases de plástico, cristal o metal. Tampoco son para molestar a personas o animales (ni siquiera si son hormigas dentro de sus hormigueros). Por supuesto, un petardo encendido no debe ir a parar a papeleras o contenedores. Y que no se me olvide, es completamente imprudente intentar reconstruir un artefacto usado.
Cuando hace viento, es mejor estar de espaldas a él, de esta forma evitaremos múltiples encendidos o que se apague la mecha con facilidad.
Cuando una diversión puede resultar dañina para alguien, ya no divierte tanto; intenta por lo tanto que las fiestas se rijan por la seguridad, así nada enturbiara vuestro recuerdo.
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