Los niños nacidos en invierno tienen mayor esperanza de vida
Al parecer la estación del año en la que nace un bebé determina varios aspectos de su vida futura. Hablamos en su día que los niños nacidos en otoño e invierno triplican las posibilidades de sufrir dificultades respiratorias. Ahora sabemos que estos mismos bebés, al menos los nacidos en invierno, tienen una mayor esperanza de vida que los nacidos en verano. El factor determinante es el frío.
La afirmación la ha hecho Guillermo López Lluch, miembro asociado del Link-age, grupo de investigadores europeos centrados en el estudio del envejecimiento. La explicación es que el frío es un factor ambiental que mejora la longevidad. Según la teoría de la fiabilidad en la que López apoya su intervención en los cursos de verano de la Universidad Internacional (UNIA) en Sevilla, el envejecimiento es una «acumulación de daños a lo largo de la vida que hacen que el organismo vaya incrementando el riesgo de fallos, dificultando así el desarrollo de la actividad biológica hasta que se llega a la etapa de la catástrofe, que es la muerte».
Los fallos a los que se refiere comienzan en el momento del nacimiento, que es cuando se empieza a envejecer. Por ello están efectuando estudios sobre como afectan los primeros años de vida al envejecimiento y a las enfermedades de la vida adulta. Según Gillermo López, las causas que influyen en el envejecimiento son «las mutaciones somáticas, el desgaste, la acumulación catastrófica de errores, la programación genética, la pérdida o inactivación del ADN nuclear o mitocondrial o las alteraciones en la diferenciación celular».
Cuando terminen la investigación os la contamos, porque a mí me queda una gran duda: aceptando que el frío sea un factor que afecta a la longevidad, ¿no influirá más vivir en una zona fría que el hecho anecdótico de nacer un día frío?
Vía | Europa Press
Foto | Flickr
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