Los niños que juegan en libertad son adultos con mayor autoestima
El juego, para los niños, es totalmente necesario para su desarrollo, no solo fÃsico o intelectual, si no también anÃmico y social. A través de él van encontrando claves y estÃmulos con los que ir descubriendo las «pistas» necesarias que irán formando su personalidad y estructura emocional. Muchos de los desequilibrios, añoranzas o frustraciones que sufrimos de mayores, pueden venir de ciertos problemas presentados a lo largo de la infancia y la ausencia de juegos.
Y en torno a este tema se ha realizado un estudio en Alemania. El resultado más contundente es aquel que nos habla de los niños que no tuvieron una estructura definida en sus juegos, es decir, los que jugaron en libertad, explorando por sà mismos, atendiendo a sus propios impulsos o compartiendo ratos de ocio sin las herméticas reglas que imponen ciertos juegos. Estos niños se han convertido en adultos con mayor autoestima y más resolutivos a la hora de enfrentarse a las dificultades que nos impone la vida diaria.
Y todo ha surgido en torno al debate de la falta de tiempo para el juego libre que los niños soportan en la sociedad actual. Después de sus horas de escuela, los apuntamos a actividades extraescolares que, aunque estén encauzadas a temas lúdicos, no les permite desarrollar su capacidad de exploración, invención o total libertad para buscarse nuevas formas de diversión. Esto les convierte en seres más inseguros que, en la mayorÃa de los casos, desemboca en una baja autoestima y, por lo tanto, apenas pueden alcanzar los objetivos que se plantean en su vida profesional.
Por eso el resulta final que los expertos sacan de este estudio es el que, aunque debemos seguir aconsejándoles y encauzando sus gustos y aficiones, debemos dejarles también tiempo suficiente para que experimenten por sà mismos y a su propio ritmo.
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Foto | Aquilea