Los niños en el cine: Shirley Temple
Si tuviéramos que echar la vista atrás y acordarnos de una niña que tuvo una gran presencia en Hollywood, durante sus primeros años dorados, es sin duda Shirley Temple. Dicharachera, resuelta, simpática y con grandes dotes de improvisación, esta pequeña niña, casi de porcelana, consiguió ser uno de los símbolos de la industria cinematográfica de los años treinta.
Y es que si alguien sabe exprimir bien a sus celebridades es Hollywood, y esta niña es todo un ejemplo, verdadero icono de una industria que no dejaba un cabo suelto con respecto a sus prioridades económicas. Menos mal que Shirley ha sido de esas grandes estrellas que han sabido mantenerse intacta, más allá de las tentaciones de la fama y el glamour desbordado.
Aunque no se conoce exactamente la edad que tenía en su primera participación cinematográfica, Shirley debía tener unos tres años cuando ya hizo su primera aparición en algunos cortos. A partir de entonces su dotes como bailarina, una experta en claqué, su estupenda memorización de las frases que le correspondían y su seriedad en el trabajo, la llevaron a ser una de las actrices que aportaba más beneficios a la gran productora 20th Century Fox, y solo tenía 6 años.
Tal fue su aportación a la industria cinematográfica, con más de 40 películas, que se convirtió en todo un icono del cine protagonizado por niños. De hecho se le concedió el Oscar, como mejor intérprete juvenil, en 1935, la niña de los tirabuzones dorados causaba furor con solo 6 años. De hecho es la intérprete más joven en conseguir este galardón.
Pero la vida de Temple, después, siguió otros derroteros. Se convirtió en esposa y madre y en una defensora férrea de la política conservadora de su país. Fue embajadora de Estados Unidos en Ghana y Checoslovaquia y también jefa de protocolo en la Casablanca. En la actualidad tiene 84 años.
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