Los niños en el cine: Jackie Cooper
Los niños siempre han sido un recurso laboral muy importante para la mayor empresa cinematográfica del mundo. Hollywood, que no siempre ha sabido cuidar y mimar como debiera a sus pequeñas estrellas, ha hecho de estos «diamantes en bruto» todo un recurso con el que acercar al gran público a esas historias, la mayoría llenas de sentimentalismo y ternura, a veces desmedida.
Este es el caso de Jackie Cooper, todo un clásico dentro del mundo de la televisión y el cine en Estados Unidos, que supo ganarse, por su simpatía y complicidad con el espectador, un hueco muy importante dentro del mundo de la ficción. No en vano estuvo nominado para el Premio Oscar, como mejor Actor protagonista, con tan solo 9 años.
Jackie nació en Los Ángeles en 1922 y con solo 7 años ya apareció en una de las series de televisión más seguidas por el público de entonces: «La pandilla». Aunque en principio su papel era más que secundario, gracias a su simpatía y enormes dotes artísticas, pronto se convirtió en uno de los protagonistas indispensables. Pero dos años después, el director Norman Taurog lo contrató para su película «Las peripecias de Skippy», allí fue donde consiguió la nominación al Oscar gracias a ese papel dramático que logró plasmar tan fielmente. No en vano, según cuentan las «malas lenguas», el director amenazó con matar al perro protagonista si no lloraba de verdad en la escena central del film.
A partir de entonces la vida de Cooper ha estado ligada totalmente al mundo del cine. Con sus luces y sombras, como todos, pero siempre sabiendo que su destino estaba en el mismo mundo de Hollywood que, casi, le vio nacer.
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