Niños aburridos en las vacaciones
Cuando llega el receso escolar, los pequeños muestran gran alegría por poder estar más tiempo en casa, con sus juguetes, viendo la tele, durmiendo un poco más; pero muchas veces las actividades disponibles en casa no logran cubrir su demanda de entretenimiento y entonces viene la frase: “estoy aburrido”.
No saben qué hacer, con qué jugar ni logran concentrarse por mucho tiempo en alguna actividad concreta. Para la época de las vacaciones, muchos padres inscriben a sus pequeños en clases de algún arte o deporte en particular, lo que constituye una excelente alternativa, siempre y cuando se mantenga la “flexibilidad” y no se haga rutinario como la asistencia al colegio.
Los pequeños pueden integrarse en vacaciones a clubes de fútbol, coros, clases de ballet, pintura, natación y demás, pero siempre hay que contar con su opinión antes de inscribirlos en algo que parece divertido. Una alternativa razonable es visitar diversas opciones antes de las vacaciones, para que el niño conozca y decida qué le entusiasma más y en qué lugar.
El lugar a elección donde los niños hacen actividades, debe ser totalmente seguro y contar con personal capacitado para cuidar del pequeño por el tiempo que pase allí; asistir a estas actividades permite a los niños reforzar las relaciones sociales que establecen en la escuela, además de incentivar su creatividad al desarrollar tareas diferentes a las de su vida cotidiana.
Por otra parte, asistir a una actividad en determinado horario, le ayudará a organizar el día con autonomía y a disfrutar más de los ratos de juego o descanso en casa; la asistencia debe ser libre, no hay que obligarlo si un día prefiere no ir, ya que se trata de sus vacaciones y se aburrirá rápidamente de las actividades que sienta como impuestas. Todas las actividades deben intercalarse con sus quehaceres cotidianos, para que no se hagan rutinarias.
Si no contamos con los medios económicos para enviar a los peques a clases o talleres de algo en las vacaciones, valdría también organizarle actividades diferentes a las cotidianas, dentro y fuera de casa, como salir de expedición al parque a recoger ciertas flores, hojas o semillas y después utilizarlas para fabricar alguna manualidad.
Otras actividades pueden ser pinturas, esculturas de masa o arcilla, cocina de postres, ensaladas o jugos, y todo tipo de manualidades con materiales grandes, como cartones, telas, botones y adornos, con los que pueda construir y luego jugar con el producto que ha fabricado.
Vía | Infobae
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