Navidad en la infancia: cuando la realidad y la fantasía se unen
Es aconsejable educar en el encuentro con la realidad a través de la curiosidad y el despertar de los sentidos. Aunque también existen diferentes escenarios que van más allá del contexto real como refleja el cine y la literatura. Existe un tiempo concreto en el que la fantasía y la realidad se funden durante la infancia: la Navidad. Un tiempo que llega acompañado por la expectativa de regalos, sorpresas y magia. La fantasía que se enmarca en este ámbito se alinea con tradiciones y costumbres.
Existen imágenes que pueden estar muy arraigadas en el entorno cultural y familiar, sin embargo, los padres también pueden adoptar su propia perspectiva en torno al papel de la fantasía en la Navidad de los niños. La fantasía navideña tiene un valor trascendente en aquellos lugares en los que tantas personas participan de un modo u otro de costumbres, momentos y símbolos que son tan reconocibles en un contexto específico. De este modo, la fantasía se funde con la realidad no solo durante la Navidad de los niños, sino también en la perspectiva de tantos adultos que recuerdan su infancia o redescubren las fiestas de fin de año desde la óptica infantil.
Cómo encontrar el equilibrio entre fantasía y realidad en Navidad
La fantasía, en oposición con lo real, parece conectar con un mundo de infinitas posibilidades. Sin embargo, es posible contextualizar la fantasía en el marco de la realidad para que esta última tenga una mayor presencia. Por ejemplo, aunque la lista de regalos navideños podría ser muy extensa en Reyes Magos y Papá Noel, es posible adoptar criterios más constructivos al respecto. Es aconsejable incluir algún regalo solidario en la carta, reducir la lista de deseos a un máximo de tres o cuatro alternativas, seleccionar obsequios prácticos…
La fantasía navideña se rompe en algún momento dentro del proceso de crecimiento. Y esa ruptura entre lo soñado y lo real puede producir desencanto. Sin embargo, la magia navideña también puede transformarse en un refugio al que volver a nivel emocional en otros momentos de la vida. Aunque la magia más auténtica, cuando se contempla con el paso del tiempo, no reside en el consumismo sino en otros factores que tienen un valor afectivo. Como, por ejemplo, la presencia de los seres queridos de distintas generaciones.
Navidad: seguir la tradición o ir más allá de lo establecido
La Navidad también nos pone en contacto con lo establecido. Y no solo en relación con esa línea que separa la fantasía de lo que es plenamente real. Los padres toman múltiples decisiones a nivel educativo para afrontar la crianza durante todo el año, también en Navidad. En este contexto, es posible seguir la tradición o encontrar un punto medio. Del mismo modo, hay familias que adoptan una postura diferente respecto a los Reyes Magos o Papá Noel.
El reto de educar no se detiene durante la Navidad. Y es que, los límites, el seguimiento y el acompañamiento siguen siendo necesarios en una celebración con dosis de fantasía (o sin ella).
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