Nada que ver con la leche

Nada que ver con la leche

Escrito por: Alicia Medina    15 marzo 2009    1 minuto

A pesar del nombre, la costra láctea no tiene ninguna relación con la ingesta de leche por parte de los bebés. Son unas escamas amarillas, blancas o grises que les suelen aparecer en la cabeza adheridas al cuero cabelludo.

Es bastante aparatosa y puede asustar a primera vista, pero no nos alarmemos, tiene solución.

La frente, el entrecejo o las cejas son las zonas más comunes, pero también se ve donde están las fontanelas o en la parte posterior de las orejas. Suele desaparecer tras aplicar aceite para bebés durante unos minutos y posteriormente retirarlo con champú, pero siempre, lo más conveniente es consultar con el pediatra que nos dará las pautas a seguir.

La costra láctea, que según parece está relacionada con un trastorno denominado dermatitis seborreica o piel grasienta, se puede dar en bebés recién nacidos y también en niños hasta los tres años. Según los expertos, el problema en el niño suele ser de poca trascendencia y desaparecer en semanas o meses.

Así que no nos asustemos si le vemos las “costritas” en la cabeza, acudamos al pediatra si vemos que no mejora (en ocasiones él nos indicará si hay que utilizar algún tipo de medicamento adecuado que acabar de una vez por todas con este molesto problema).

Fuente | Asociación Española de Pediatría (AEPED)

Imagen | AEPED

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