Muere una niña de 12 años tras tres días de parto
Por extraño que nos pueda parecer, inhumano y lejano a nuestro barrio o cultura, lo cierto es que, cada día, el mundo está lleno de grandes muertes propiciadas por el enorme vacío de una solidaridad y conciencia común que nos haga caminar en una misma dirección: la de la dignidad. Hoy hemos conocido una triste noticia rescatada entre las miles que se producen cada día y que son sólo un eco de la barbarie con la que sigue actuando el ser humano en algunos países y bajo según que moralidades y auspicios divinos.
Fawziya Ammodi era una niña yemení de doce años que, como tantas de sus compatriotas, fue obligada a casarse con un hombre mayor que ella y que ha perdido la vida, al igual que su bebé, tras estar tres días de parto y sin asistencia médica.
Más de la mitad de las niñas de Yemén son obligadas a casarse con hombres mayores que, incluso, tienen otras mujeres. Estas niñas se convierten, en plena niñez, en una mercancía valiosa cuya voluntad y futuro se ve anulada tras la decisión y acuerdo de una familia ávida de dinero y un adulto cuyos escrúpulos quedan soterrados en lo más indigno de los instintos humanos. De hecho hay muchos padres que reciben la promesa de que sus hijas, a pesar del temprano matrimonio, no serán ‘consumadas’ hasta cumplir la mayoría de edad.
El Parlamento yemení intentó cambiar las leyes el pasado febrero e imponer una edad mínima para el matrimonio de 17 años. Esta propuesta no pudo llevarse adelante debido a la negativa de la mayoría de los diputados que alegaron que violaba la ley islámica. Como diría mi buen Sancho: «con la iglesia hemos topado» y, mientras tanto, yo sigo preguntándome quién devolverá la infancia a Fawziya y a su bebé mientras el mundo entero mira hacia otro lado.
Vía | El Mundo
4 comentarios
Gracias por escribir esto. Seguro que no saldrán en las noticias esta pobre niña y su bebé.
Estoy contigo, Mónica, los más débiles son siempre los más olvidados. Por desgracia el ser humano camina así, como de espaldas al amor…
Gracias a ti por compartir este espacio en el que alabamos la grandeza de la vida.
¡Qué desgracia!
¡Y cuánto ha debido sufrir la pobre criatura!
Porque dicen que un parto es lo más doloroso que puede experimentarse a nivel físico.
Gracias por tu comentario, Inés.
Un saludo.