Motivar al bebé de cara al futuro

Motivar al bebé de cara al futuro

Escrito por: Jaime Gomez    27 marzo 2012    2 minutos

Las personalidades de adultos y niños

Es curioso como podemos asemejar las personalidades de un adulto de 30 años y de un niño de 1 o 2. Simplemente cambian las situaciones debido a que cada edad tiene las suyas en propiedad y, aunque nos parezcan muy diferentes, en definitiva, el nivel de dificultad viene a ser el mismo, siempre si lo adecuamos a cada edad de la vida.

En el caso de los bebés o los niños de 2 o 3 años, algunos sienten una curiosidad mayor por conocer que otros, unos son más atrevidos que otros ante determinadas acciones y también, algunos son más propensos a conocer cosas explorando a través del movimiento mientras que otros niños son más pasivos en ese sentido. En ese tipo de situaciones es donde debe interaccionar el adulto con el niño. Es posible que este sienta curiosidad por las cosas en su interior, en su mente, pero le falta un pequeño empujón para exteriorizarlo y poder llevar a cabo acciones determinadas para aumentar su curiosidad de cara a conocer más cosas de su entorno habitual.

Debemos estar atentos a cualquier tipo de señal que el niño nos emita para captar con exactitud que es lo que necesita. Todo esto lo podemos aplicar a los diferentes ámbitos de actividad, como la música, los libros, los colores. Tenemos que incrementar la curiosidad del niño de cara a estas acciones y alimentar sus ganas de aprender. Si el niño está interesado en la musica, por ejemplo, debemos inspirar en él ese interés, comprobando que tipo de música le gusta, que reacciones tiene ante los diferentes estilos musicales, si tiene afinidad por algún instrumento en particular. Y también podemos adelantarnos a la curiosidad del niño, enseñando a este cosas que él no imagina y haciéndose preguntas sobre los mismos, como los árboles o flores que puede ver en el campo, los animales que encuentra en un zoológico o los tamaños de los edificios que se aprecian en un paseo por la calle.

Somos parte fundamental en el crecimiento del conocimiento del niño a una edad que, aunque él no lo refiera con palabras, nos da a entender que necesita de toda nuestra experiencia para crear su propio camino.

Foto | Flickr-Gato Azul

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