La moralidad en el ser humano es innata
Son muchas las incógnitas que, todavía, giran en torno al ser humano y su comportamiento. ¿Es cierto que se nace con una predisposición hacia ciertos sentimientos? ¿Se es bueno o malo desde nuestra propia creación? ¿Los valores se aprenden o se llevan marcados a fuego en nuestro propio ADN?
Hasta ahora la ciencia no sabía darnos respuesta a un interrogante que, de forma legendaria, nos han ofrecido, desde tiempos inmemoriales, las distintas religiones. Con aquello de nacer con el «pecado original» ya nos estaban predisponiendo a nuestra original maldad. Sin embargo, un estudio reciente, realizado con bebés, ha demostrado que los humanos somos, de forma innata, seres compasivos y con una moralidad férrea encaminada al bien.
Nacemos siendo compasivos, empáticos y justicieros
Se trata de un estudio realizado por Paul Bloom, de la Universidad de Yale, Estados Unidos, y cuyos resultados los ha recogido en un libro titulado «Just Babies». A tenor de lo estudiado, a través de los comportamientos de los bebés, el profesor puede asegurar que un bebé, de pocos meses, ya está dotado de valores como la compasión, la empatía y el sentido de la justicia.
Uno de los ejemplos más claros se produce cuando un bebé, a pesar de estar feliz y contento, acompaña en el llanto a otro de sus semejantes cuando éste sufre. Ante otro bebé que está enfadado, los bebés se muestran compansivos, acariciándoles u ofreciéndoles juguetes para que se calmen.
Otra experiencia curiosa era ver como los bebés más pequeños eran ayudados por los más grandes. Este es el caso de los bebés a los que se les ofreció una caja para abrir, de la que tenían que sacar un juguete. Los pequeños no podían hacerlo bien, ya que sus habilidades manuales todavía eran muy cortas. Es ahí cuando el bebé de un año se acercaba para ayudarle a abrir la caja.
Los bebés prefieren a las personas generosas que a las egoístas
Pero sin duda fue otro experimento con el que se comprobó como los bebés tienen un alto concepto de la justicia. Es así como se les ofreció un espectáculo de títeres con dos tipos de personajes: unos que ayudaban y otros que hacían daño. Después se les dejó a estos personajes para que jugaran, eligiendo todos aquellos que habían ayudado, dejando a un lado a los que tenían actitudes malvadas. Lo que significa que los niños eligen a aquellas personas generosas y dotadas de bondad, antes que a las malvadas.
Estas conductas ya se mostraban en bebés de tan solo 3 meses, por lo tanto era imposible que se tratara de un aprendizaje o imitación de su alrededor. Ahora es cuando viene la siguiente pregunta, entonces si nacemos siendo bondadosos ¿aprendemos a ser malos?
Vía | Pijama surf
Fotos | Wonder costumes y Quiero más diseño
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