Monitorización

Monitorización

Escrito por: Leticia   @leticiadelpino    22 agosto 2009    1 minuto

Durante el parto, los profesionales de la salud comprueban la frecuencia cardiaca del bebé y su bienestar, así como la evolución de las contracciones de la madre, con un aparato llamado monitor fetal o cardiotocógrafo. La técnica es llamada monitorización.

Existen dos tipos de monitorización: externa e interna. En la externa se monitoriza desde afuera con dos sensores que se sujetan con cintas elásticas a la panza de la madre para escuchar el corazón del bebé y controlar las contracciones uterinas.

En la interna se coloca un electrodo en la cabecita del bebé y un sensor en la panza de la madre. Es más fiable porque se escucha directamente el corazón y se mide con mayor presicion la intensidad de las contracciones. Esta técnica sólo se puede usar cuando se ha roto la bolsa amniótica. Normalmente la monitorización es externa, salvo que se trate de un parto de riesgo.

Un sensor o electrodo mide la frecuencia cardiaca del bebé y el otro, las contracciones uterinas. Hay una relación entre ambos parámetros que se refleja en un registro de papel. Cuando la parturienta tiene una contracción, el monitor marca un aumento de la presión intrauterina porque en ese momento el suministro de sangre de la placenta al bebé se interrumpe, algo así como si la criatura aguantase la respiración.

Se puede saber cómo responde el bebé observando cómo varia su frecuencia cardiaca durante y después de cada contracción. Una frecuencia cardiaca baja que no se recupera bien puede indicar riesgo de pérdida de bienestar fetal.

Vía | Ahora Mamá

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