Mitos y leyendas sobre el color de ojos del bebé

Escrito por: Sacra    30 noviembre 2014    2 minutos

Son muchas las leyendas, mitos y curiosidades que existen en torno al mundo del embarazado y los recién nacidos. Cada país, cultura, religión o grupo social ha establecido una serie de normas, creencias o imaginaciones en torno a este momento tan especial en el que, afortunadamente, se sigue perpetuando la raza humana. En la mayoría de los casos se trata de cuentos o supercherías que no llegan a ningún puerto y que sólo sirven para alimentar el fervor popular y que no tienen ninguna base científica. Así que mejor, conocerlas simplemente por pura curiosidad.

En esta ocasión nos centramos en el color de los ojos de nuestros bebés. Son muchos los papás que se emocionan al ver que su pequeño tiene una determinada tonalidad en sus iris, así los ha sacado de mamá, del abuelo o, incluso, de su actor favorito, pero no debemos olvidar que a los bebés les cambia el color de los ojos a medida que van pasando los meses. Así y todo, hay ciertas creencias en torno a este tema. ¿Te apetece conocerlas?

  • Los niños nacen con los ojos claros, entre azulados y grisáceos, y según cuentan las malas lenguas si le pones una gota de tu leche los seguirá manteniendo. Esto no sólo es absurdo sino, también, muy peligroso, ya que le puedes transmitir un buen número de problemas de salud.
  • Exponer al niño a los rayos del sol, después de su nacimiento, hace que tenga los ojos más oscuros. Totalmente falso ya que la tonalidad sigue dependiendo de la genética y para nada le afectan los elementos exteriores.
  • Los niños amamantados tienen más probabilidades de tener los ojos claros, mientras que aquellos que toman leche artificial o se les suspende pronto la lactancia materna, tienen los ojos oscuros. Si volvemos a que todo forma parte de nuestra genética, ya hemos desmontado este absurda creencia.
  • Otra barbaridad de la «sabiduría popular» es la de aplicar limón en los ojos del bebé para aclarar y «limpiar» la vista. Según los expertos, podemos causar graves daños oculares en su visión, así que mejor, y como siempre decimos, consultar con el pediatra todas las dudas que tengamos en torno al cuidado de nuestro pequeñín.

Vía | ABC del bebé
Foto | Al cuaderno

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