Mi bebé vomita, ¿es una regurgitación o un reflujo?

Mi bebé vomita, ¿es una regurgitación o un reflujo?

Escrito por: Sacra    3 julio 2009    2 minutos

Lo primero que tenemos que aprender es ha distinguir entre una regurgitación o un reflujo gastroesofágico. En un principio, pueden parecernos lo mismo ya que es normal que el bebé, en sus primeros meses de vida expulse, de vez en cuando, parte de lo que ha ingerido.

La regurgitación se caracteriza porque la cantidad expulsada, generalmente, es escasa. En ella el bebé encuentra un alivio ya que expulsa gases, junto al líquido, que le andaban molestando. Suele ser habitual que, tras esta expulsión, el bebé sonría, ahora ya se encuentra más feliz tras haberse liberado de una pesadez, más o menos ligera. El control de su peso va a ser el que nos informe de que, si sigue ganando gramos, esos vómitos no tienen mayor importancia.

Otro síntoma de que se trata de una simple regurgitación es que el bebé no sufre con la expulsión, lo puede hacer de manera frecuente, sin previo aviso y sin provocarle ninguna incomodidad. Esto lo causa la inmadurez en la válvula que cierra el estómago que, al no regular bien, hace que parte del contenido se salga.

En cambio, si esos «devueltos» se producen de forma violenta, el bebé llora y se retuerce al expulsarlos, quizás nos encontremos con una enfermedad denominada reflujo gastroesofágico, conocida más comúnmente como «reflujo». Otra señal efectiva para diferenciarlos es que, después de la expulsión, el bebé sigue teniendo arcadas. Esta molestia se produce cuando el ácido del estómago irrita la mucosa del esófago. Además, la cantidad es mucho mayor y nuestro bebé no aumenta de peso como debiera. Para estos casos, sin duda, lo mejor es acudir al pediatra ya que él nos aconsejará lo mejor para la salud de nuestro pequeño.

Vía | Bebés y más
Foto | Bibes y potitos

Reportajes