Métodos para interrumpir el embarazo: el aborto químico
Uno de los métodos de interrupción del embarazo es el denominado aborto químico o farmacológico. La ingesta de una píldora denominada píldora abortiva es la que lleva a cabo el proceso.
El nombre más conocido de esta píldora abortiva se denomina RU-486 y sólo se puede aplicar hasta la séptima semana de embarazo y bajo prescripción y control médico, siendo efectivo entre un 97 y un 99 por ciento.
Esta píldora RU-486 tiene un componente llamado mifepristona. La mifepristona es una hormona sintética que detiene la producción de progesterona, necesaria para la gestación y el desarrollo del feto. Nada que ver con la píldora del día después.
El protocolo a seguir de manera aproximada es el siguiente. Tras recibir la medicación por parte del facultativo, la mujer puede marcharse a su casa. En un transcurso de 36 a 48 horas, volverá a la clínica donde se le administrará una nueva medicación (prostaglandina), controlada por personal médico, para contraer el útero y producir el sangrado que expulse al embrión. Finalmente, en un período de tiempo determinado, la paciente volverá a la clínica para corroborar el éxito del aborto.
Pero no todo es infalible. Esta píldora puede tener sus efectos secundarios y complicaciones. Entre las primeras, apreciamos dolor más persistente que el habitual en la menstruación, sangrado y nauseas. En cuanto a las complicaciones, ese pequeñísimo tanto por ciento que puede no ser efectivo o que la expulsión del embrión no sea completa.
Con respecto al aborto, cada persona es libre de decidir que es lo mejor. Siempre aplaudiré una decisión razonada y sensata en ese sentido. Pero no se debe tomar a la ligera y pensar que, si tenemos un accidente, un aborto lo solucionará. Estamos jugando no con una vida, sino con dos. La tuya, futura mamá, y la de tu hijo. Piénsalo bien antes de hacer nada.
Vía | clinicasabortos.com