Método Pikler: beneficios del movimiento libre en los niños
Existen distintas pedagogías que inspiran a padres y madres en la educación de sus hijos. Uno de los métodos pone en valor la importancia del movimiento libre. El método Pikler debe su nombre a la pediatra Emmi Pikler. Es autora del libro Moverse en libertad: desarrollo de la motricidad global. Esta metodología refuerza la autonomía infantil a través de un entorno que propicia esta experiencia.
Por medio de las vivencias vinculadas al movimiento libre, el niño adquiere aprendizajes tan importantes como sentarse. La espontaneidad que manifiesta el niño a través de sus decisiones está muy presente en este método. Desde este punto de vista, la planificación del espacio debe priorizar la búsqueda de la seguridad en un contexto que no limita el movimiento infantil, sino que lo potencia.
El niño da un nuevo paso cuando se siente preparado para hacerlo
Cada niño tiene su propio proceso de aprendizaje. Por este motivo, es importante no establecer una comparación entre las metas que ha alcanzado un bebé en un momento determinado, y los objetivos que ha logrado otro peque de la misma edad. Cada uno tiene su propio camino. Y el movimiento libre fomenta esta experiencia vital. El adulto también influye de forma positiva en este proceso a través de su acompañamiento. Establece un vínculo de apego con el bebé.
Sin embargo, no adopta un rol directivo al ofrecer indicaciones constantes al niño. Él por sí mismo pone en práctica su capacidad de observación y adquiere una mayor autoconfianza en este proceso. A través de esta forma de aprendizaje, descubre sus posibilidades pero también sus limitaciones. Aunque dichos límites no son consecuencia de factores externos que generan un obstáculo. De este modo, una de las tareas que puede llevar a cabo el adulto es preparar el escenario para que el niño disfrute de esta experiencia.
Elegir ropa que fomente el movimiento libre
Cada etapa de la vida es significativa en sí misma y produce aprendizajes relevantes. El periodo comprendido entre los 0 y 3 años es especialmente importante. Para potenciar el movimiento libre en los niños no solo hay que preparar el espacio, sino también elegir la ropa adecuada. Las prendas que resultan cómodas y propician la libertad de movimiento son especialmente prácticas. Es recomendable que los looks infantiles estén elaborados en tejidos agradables. Conviene tener en cuenta que una prenda incómoda supone un freno para este ejercicio.
Existen distintas necesidades básicas que, al ser atendidas, fortalecen el bienestar infantil. La alimentación y el descanso son dos ejemplos de ello. Pero, a su vez, conviene añadir una necesidad a esta lista de prioridades desde el punto de vista de esta metodología respetuosa con el desarrollo infantil: el movimiento. Un término que sintetiza la esencia de la pedagogía que hoy comentamos en Uno más en la Familia.
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