Método Montessori: ¿Qué es el control del error?
El error forma parte del proceso de aprendizaje de todo ser humano. Sin embargo, la percepción del error puede producirse de formas diferentes. En ocasiones, es un adulto quien muestra al niño un aspecto concreto. El Método Montessori, por su parte, propone materiales con control del error que están específicamente diseñados para que el niño lo perciba directamente. De este modo, la participación del adulto en la vida diaria del niño no se centra en poner de relieve un error o un acierto. Ni si quiera mediante el refuerzo positivo y el elogio.
El niño, a través de su capacidad de observación y experimentación, consigue objetivos relevantes en su proceso de aprendizaje. Uno de ellos, identificar y reconocer el error. Un reto que se simplifica mediante el juego con recursos que están específicamente diseñados para ello. A partir de la utilización de materiales que incorporan control del error, no solo observa esa cuestión en sí misma, sino que aprende de ella.
El error es una experiencia positiva
Existen distintas formas de interpretar ese elemento que se presenta como un obstáculo. Ese ingrediente no es un límite definitivo, no actúa como una barrera insalvable. Es una oportunidad para que el niño entrene nuevas habilidades y logre otros objetivos. Los premios, los elogios y el reconocimiento ante los aciertos ponen el acento en la motivación externa. Por ello, el Método Montessori propone un enfoque diferente que gira en torno al autoaprendizaje.
La sobreprotección del adulto, en ocasiones, se muestra en la tendencia de hacer cosas que el peque puede hacer por sí mismo (aunque las haga a un ritmo distinto). El método Montessori pone en valor la autonomía infantil por medio de un ambiente preparado.
El niño tiene la posibilidad de identificar sus aciertos y otros posibles fallos contextualizados en el desarrollo de una actividad. Observaciones que lleva a cabo a través de la autocorrección. Este proceso alimenta la motivación interna desde temprana edad.
Una forma de autocorrección
Un material Montessori aporta un nuevo aprendizaje, está enfocado en un conocimiento específico. El niño interactúa con ese medio de forma libre. Y el error también está presente en un proceso que puede repetirse en otras ocasiones. De este modo, el alumno ejercita la paciencia y la constancia. Pero lo verdaderamente importante es que el niño percibe el error desde un prisma positivo. Evitar las equivocaciones es un propósito imposible porque permanecen a lo largo de toda la existencia.
Una lección valiosa, ya que las creencias limitantes que un adulto puede llegar a interiorizar en torno a esta cuestión le condicionan de forma negativa. Algunos de los aprendizajes vitales más significativos se adquieren en la infancia. El niño tiene su proceso de aprendizaje, y es importante que pueda vivirlo a su propio ritmo. El control del error propicia esta experiencia. Pero, además, ofrece una lectura positiva sobre la capacidad de superación que tiene una persona cuando se encuentra con un obstáculo en el camino hacia un objetivo. A partir de este proceso, es posible implementar las correcciones necesarias.
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