A la mesa con los grandes
La hora del almuerzo y de la cena tiene una función mucho más que la estrictamente nutricional. Es un tiempo de encuentro familiar, una oportunidad grata para conversar, contar anécdotas, hablar sobre cómo trascurre el día… Y al pequeño de la casa le encantará participar de estos momentos (y tiene derecho a ellos).
¿Qué alimentos?
Es diferente empezar por cereales, frutas, carne o verdura, no hay un método científico para preferir unos u otros. Hay que darle alimentos de a uno, separados por una semana para poder detectar sic alguno le cae mal.
El primer día se la da sólo una cucharadita. Si le sienta bien, al día siguiente dos o tres, si no quiere le ofrecemos ese alimento otro día.
¿Dejamos de darle el pecho? No, no hay que suprimir tomas, sino dárselo siempre antes de la papilla, porque el pecho, o la mamadera alimentan mucho más. La verdura y la fruta casi no tienen calorías, los cereales aportan más calorías, pero menos vitaminas y nutrientes que le leche. El pediatra será quien indique el plan a seguir.
¿A que edad?
No hay momento fijo, cada chico tiene un ritmo de desarrollo propio, pero la mayoría al cumplir los seis meses ya pueden empezar a participar (aunque aun coman a a demanda) de los horarios de comidas de la familia.
Lo ideal es dejar que el pequeño esté sentado en su silla mientras el resto de la familia coma. Tarde o temprano extenderá su manita y pedirá algo. Cuando lo haga con frecuencia habrá llegado el momento de ponerle su propio plato con muy poquita comida y una cuchara en el centro.
Fuente | Ahora Mamá
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