El matrimonio infantil, una práctica aberrante
En el siglo en el que vivimos, y especialmente en nuestra sociedad en la que nos creemos a salvo de cualquier discriminación o violación de los derechos fundamentales de cualquier ser humano, todavía siguen sucediendo verdaderas aberraciones que, aunque pasen a miles de kilómetros de nuestro hogar, son profundas heridas que demuestran que, en ciertos aspectos, no hemos avanzado tanto como creemos.
Según la Ong Save the Children, cada siete segundos una niña menor de quince años es obligada a contraer matrimonio. Más de un millón son madres antes de llegar a esa edad, lo que supone que 70 mil de estas niñas mueran durante el embarazo y el parto. Cifras escalofriantes que ponen de manifiesto una sociedad enferma, y un mundo desigual que todavía sigue permitiendo estas aberraciones.
La situación de desigualdad en la que viven las niñas de ciertos países en vías de desarrollo, es la causa de que se produzcan estos matrimonios. A la cabeza de todos ellos se encuentra la India, lugar en el que más de 24 millones de chicas no alcanzan los 18 años antes de casarse. No en vano son un gran número las que no llegan, siquiera a los 10 años.
En la mayoría de los casos son las propias familias las que las venden para asegurarles un futuro, librarles de la miseria u ofrecerles un porvenir.
Según los datos a los que ha tenido acceso esta Ong, los países en los que se permite el matrimonio infantil, y por lo tanto no existe una edad mínima para el casamiento de las niñas, son: Somalia, Sudán del Sur, Arabia Saudí y Yemen. Sin embargo otros países como Niger, Chad, Centroáfrica o Mali, presentan un elevado número de matrimonios de niñas.
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