Maternidad: ¿Qué es el autoabandono y cómo afecta a las madres?
La falta de cuidado y atención hacia uno mismo, que en ocasiones se manifiesta con más intensidad en la maternidad, puede vivirse en distintas etapas. Es decir, afecta a perfiles muy variados. Aquel que cae en este estado tiende a priorizar las demandas de los demás y relativiza sus propias necesidades. En ocasiones, incluso, las silencia o las oculta a través de la ocupación continua.
El riesgo del autoabandono en la maternidad
Aunque la falta de atención hacia uno mismo puede interferir en la calidad de vida en cualquier edad, esta puede ser más visible todavía en el contexto de la maternidad. Cuando las circunstancias a corto plazo conectan de forma directa con la realidad del niño. Incluso el tiempo libre gira constantemente en torno a objetivos, tareas y ocupaciones. El autoabandono en la maternidad puede estar agravado por muchos factores como, por ejemplo, la carga invisible de todas aquellas ocupaciones que hay que atender.
Cuando una persona cae en el autoabandono no se concede el espacio necesario en su propia vida. No se atiende, no se mima, no se escucha y no se cuida como merece. La introspección y el descanso quedan eclipsados por otros asuntos externos. El autoabandono muestra una paradoja: es difícil ofrecer un cuidado de calidad a un niño desde el abandono a uno mismo. Hay que tener en cuenta que esa posición impacta en la energía personal, en la autoestima, en la visión del futuro, en la motivación…
La maternidad y el autoabandono no son términos sinónimos, sin embargo, algunas madres concluyen en algún momento que se han descuidado a sí mismas. En ese tipo de caso, es posible que no se trate de la primera ocasión en la que eso sucede, sino de un patrón que ya se materializó en el pasado.
Cómo evitar el autoabandono en la maternidad: consejos para madres
En primer lugar, es importante defender los derechos y necesidades personales. Por ejemplo, es recomendable poner límites y mantenerlos en las relaciones familiares cuando se producen situaciones que causan malestar emocional.
Por otra parte, es aconsejable valorar el sentido positivo de los cuidados sencillos y las atenciones alcanzables. Es decir, una madre no tiene tanto tiempo para sí misma después de formar una familia. Pero la gestión del tiempo es muy flexible y es posible encontrar pequeños instantes que pueden convertirse en una conquista personal. El riesgo de autoabandono también se agrava por medio del silencio de quien permanece en una posición de invisibilidad. En su interior, desea que alguien se dé cuenta de cómo se siente. Pero tal vez los demás no sean conscientes del alcance de la situación. Por ello, es recomendable pedir ayuda para llevar a cabo tareas concretas.
No abandones todas tus aficiones. Aunque no puedas invertir tanto tiempo como te gustaría en un hobby que te hace feliz, integra esa actividad en tu rutina (o busca otras alternativas de ocio). El autoabandono puede ser consecuencia de una renuncia llevada al extremo. Sin embargo, es posible recuperar espacios e ilusiones personales por medio de nuevos hábitos, rutinas y propósitos que inciden positivamente en el bienestar integral.
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