Más mentiras de Wakefield sobre la triple vírica
El daño que ha causado Andrew Wakefield con sus trabajos manipulados y sus mentiras intencionadas sobre la vacuna triple vírica (sarampión, rubeola y paperas), es incalculable. Fueron muchos los que creyeron en sus estudios y los que aún confían en él, sin que haya ningún motivo, como se ha constatado. A pesar de que se ha demostrado el fraude y que se ha desmentido categóricamente la relación entre la vacuna triple vírica y el autismo, hay quien sigue temiéndola.
Fiona Godlee, editora del British Medical Journal, solicita desde la publicación que se revisen, al menos, otros seis ensayos de este señor. Quien por cierto, está suspendido en Gran Bretaña pero no en Estados Unidos. Godlee pide que si la University College London Medical School no hace una investigación independiente sobre el autor y coautores de este fraude, sea el Parlamento británico el que la realice. Según la editora, «Este tipo de conductas fraudulentas son demasiado importantes como para que las instituciones las dejen pasar.»
Las mentiras de Wakefield no se quedaron en el autismo, el supuesto investigador afirmó haber encontrado una enfermedad del intestino, enterocolitis, asociada a la vacuna triple vírica. Una vez más se ha comprobado que no existe dicha relación, y parece que hay más falsedades en sus trabajos. Recordemos que son mentiras intencionadas con el único propósito de lucrarse económicamente y de alcanzar un mejor estatus en la comunidad científica.
Mara Parellada, psiquiatra infantojuvenil y coordinadora de la unidad AMI-TEA [atención integral a toda la población con trastornos del espectro autista] en el Hospital Gregorio Marañón de Madrid, afirma que, «Investigaciones como esta no sólo perjudican la credibilidad de la ciencia sino que además (una vez detectadas las irregularidades de la misma) pueden generar abandonar líneas de investigación, como la relación entre autismo y vacunas, que era necesario investigar de forma rigurosa, cosa que afortunadamente se ha hecho en los últimos años».
La fuerza del movimiento anti-vacunación y probablemente sus consecuencias como el rebrote del sarampión, podrían atribuirse a Wakefield. Por eso me parece poco una investigación, quizá debería iniciarse un proceso penal. No hay que olvidar que estos nuevos brotes han causado muertes en Europa.
Vía | El Mundo
Foto | The Guardian