Manualidades con niños: Puzzles caseros
El juego es, en los niños, una forma de desarrollarse socialmente, estimular sus capacidades manuales y psicomotrices y la mejor forma de diversión y entretenimiento con el que alcanzar ese estado de equilibrio emocional en el que debería vivir toda la infancia.
Con la llegada del otoño y el inverno, los juegos de la calle desaparecen, los paseos se acortan y pasamos mucho más tiempo en casa, con lo que de aburrimiento y monotonía nos puede causar. Por eso, para esta época, es importante iniciarse en el mundo de las manualidades e intentar enseñar a nuestros niños el valor del reciclaje, de los juguetes hechos en casa y de la gran cantidad de beneficios que aporta el simple hecho de crear tu propia diversión.
Es entre el primer y segundo año cuando el bebé se interesa, especialmente, por los puzzles sencillos por eso aquí os dejamos algunas ideas para que los fabriquéis en casa, consiguiendo dos objetivos en uno: primero la fabricación y luego la diversión.
Puzzles tradicionales. Sobre un cartón pegamos una foto de nuestro pequeño o un dibujo que le sea fácil de reconocer. Una vez que el pegamento esté seco lo cortamos en varias piezas, para esta edad con seis será suficiente. Podéis hacer unas piezas rectas y otras curvas, para ayudarle a distinguir entre unas y otras. Esta misma ‘receta’ ya os la dimos para crear un bonito regalo para papá con la foto del chiquitín.
Los puzzles de las casitas. Esta es una forma estupenda para reciclar los folletos publicitarios que nos llegan a casa. Este papel lo pegaremos sobre otro más fuerte y recortamos aquellos objetos que puedan pertenecer a una vivienda: una cama, un frigorífico, una lámpara, un sillón, etcétera. En un folio en blanco o una cartulina, vamos a dibujar una casa con las habitaciones vacías, deja que el niño la decore a su gusto. Una vez acabado, si os apetece, podéis pegar las piezas y formar un cuadro con todo ello.
Puzzles de formas. Busca por casa materiales de diversas texturas: una bayeta, una esponja, cartón, tela, papel de aluminio, etcétera. Recorta figuras sencillas para cada uno de ellos: rectángulo, cuadrado, círculo o triángulo. Para aquellos materiales que sean demasiado finos, como el papel de aluminio, por ejemplo, lo pegaremos en un cartón para que tome cuerpo. En una cartulina grande, dibujaremos las mismas figuras que hayamos creado anteriormente, así la convertimos en un divertido tablero de juego con formas diferentes. En una caja aparte colocamos las piezas anteriores y el niño irá cogiéndolas y colocándolas en su lugar correspondiente dentro del tablero.
Vía | Ser Padres
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