Los trucos de mamá con la ropa y los zapatos
A veces suele suceder, en nuestra vida diaria, que nos surgen pequeños inconvenientes que nos gustaría poder solucionar con pequeños trucos caseros. Los niños son una fuente inagotable de estos mínimos o, a veces, máximos problemas que no terminamos de solucionar con ‘auténtica maestría casera’.
Menos mal que el ser humano, siendo imperfecto, está lleno de espíritu solidario. Quizás lo que a una mamá le sirve, a otra no, pero también es verdad que, en la mayoría de los casos, un pequeño consejo a tiempo o un truco en su justo lugar, nos libran de muchos quebraderos de cabeza. Ya os dejamos en otra ocasión, algunas mañas para evitar accidentes en casa, ahora lo vamos a hacer con su ropa y sus zapatos. Ya sabéis: magias de mamá.
- Calcetines ordenados. Lo más fácil que nos suele pasar con los calcetines de nuestro pequeño es que acaben perdiéndose en la inmensidad de los cajones. Basta que quieras uno de ellos para que no encuentres la pareja. Una idea sencilla es aprovechar una cajita de sus zapatos y meterlos ahí. Si además la decoráis con motivos infantiles, podrá quedar a la vista en su cuarto y nos servirá, también, como decoración.
- Tirantes en su sitio. Que los tirantes de los petos infantiles estén en su sitio, es casi una misión imposible. A la mayoría, por mucho que se los queramos ajustar, se le acaban cayendo, sobre todo cuando gatean o empiezan a andar. Una idea es sujetárselos por la espalda, justo en el punto donde se cruzan, con una pinza de presión, de estas que vienen con los paquetes de cereales. Así nuestro niño disfrutará de comodidad y libertad para moverse.
- Ropa protegida. Cuando los niños empiezan a gatear empieza el período de ‘las rodilleras imposibles’. Una forma de evitar las roturas en la ropa e, incluso, decorar con diversión sus prendas es coserles calcetines en los sitios más susceptibles a romperse. Calcetines de esos que venden en las tiendas de «Todo a 100» y que, cortándoles la puntera, podemos colocar a modo de rodillera.
- Nudos bien atados. Si vuestros niños son de los que siempre van con las cordoneras desatadas, un buen sistema para que les dure el nudo bien atado es el siguiente: antes de hacérselo frotarlos con un paño mojado. Una vez se han secado el nudo quedará bien apretado y será imposible que se desaten por mucho que gatee o se mueva.
Vía | Crecer Feliz