Con la ley antitabaco, los niños los más perjudicados

Hace ya casi cinco años que en nuestro país se instauró una ley que prohibía fumar en lugares públicos con el fin de reducir la exposición al tabaco de la población en general. Y es cierto que así ha sido, los adultos han reducido sus niveles de «intoxicación» en más de un 50 por ciento, lo que no se esperaba es que en el caso de los niños ha ocurrido a la inversa: con la puesta en marcha de la ley se han convertido en fumadores pasivos en potencia.

Así lo han descubierto una serie de investigadores de la Universidad de Granada y del Instituto de Investigación Biosanitaria de la misma ciudad. Al parecer, los padres fumadores, al no poder fumar en sitios públicos, han aumentado el consumo del tabaco en sus ámbitos privados como es la casa o el coche.

Curiosamente, con la entrada en vigor de la ley antitabaco de 2011 se ha conseguido reducir, casi en un 90 por ciento, la concentración de nicotina en adultos, una cifra positiva y muy alentadora si no fuera porque, en la parte opuesta, nos encontramos con el elevado índice que presentan los niños, mucho más que antes de ejecutarse esta ley. No en vano, desde que se puso en marcha, las familias, con al menos un miembro fumador pasó de un 39 por ciento, en 2005-2006 a un 50,8 por ciento en 2011-2012.

Según los estudios científicos, la inhalación del humo de tabaco por parte de los niños puede acarrearles distintas patologías y graves problemas respiratorios como el asma, problemas en el desarrollo cognitivo y de comportamiento o, incluso, relacionados con el sobrepeso y la obesidad. Por ello es necesario concienciar a los padres de la necesidad de evitar que los niños estén expuestos a este ambiente malsano y que, si bien hemos conseguido que la población adulta se libre de esta lacra, no olvidarnos de que los pequeños siguen siendo los más vulnerables.

Vía |SINC
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