Lectura recomendada de la semana: ¿Jugamos?
El mundo de las nuevas tecnologías ha venido pisando fuerte en nuestro día a día. Desde hacer posible la comunicación con cualquier lugar del mundo, hacernos más sencillas las tareas del hogar, hasta abrirnos un mundo a la diversión y al ocio ilimitado. Con los nuevos «aparatos» que se han impuesto en nuestra vida, ya sean ordenadores, tablets o smartphones, podemos hacer todo, o casi todo.
Pero si bien estos avances han venido a facilitarnos nuestras tareas, en otros asuntos, y siempre que no se lleven bien medidos y controlados, parece que no vienen llenos de beneficios. La forma de diversión de los niños ha cambiado de forma drástica. Antes que salir a la calle a jugar con sus amigos o estar con mamá o los abuelos contando historias, prefieren pasarse el día pegados a la pantalla de su tablet. Pero, ¿esto es bueno? Sobre esta historia nos llega un divertido libro titulado «¿Jugamos?».
Divertirse más allá de las nuevas tecnologías
Si cualquier época del año es la ideal para que nuestros peques se acostumbren al uso de los aparatitos de juegos, en verano, con las vacaciones, mucho más. Por eso muchos niños, a pesar del buen tiempo o del placer de la playa, la piscina o la montaña, prefieren quedarse absortos ante lo que sucede, de forma ficticia, en la pantalla de su smartphone, sin ser consciente de lo mucho que se están perdiendo y de la infinita diversión que la vida pone a su alrededor.
«¿Jugamos?» nos cuenta la historia de Pedro, un niño que prefiere quedarse solo con su consola, en casa, y obviando las propuestas que les llegan de su familia o sus amigos. Con su maquinita tiene más que suficiente para que las horas pasen y pasen y pasen, olvidándose de que existe vida más allá de sus propios pulgares. Pedro no es consciente de las propuestas que le hacen sus amigos o sus padres, perdiéndose así un montón de posibilidades de diversión mucho más maravillosas que aquellas que le ofrece la tecnología.
Un libro para animarles a disfrutar del juego en compañía
Desgraciadamente son muchos los niños en la actualidad que se han olvidado de convivir y jugar con los demás por culpa de estos aparatos. En gran medida somos los padres los que debemos poner límites y empujar a nuestros niños a que busquen la diversión en el contacto con sus semejantes. De hecho, y según comentó el propio autor, la mayoría de niños encuentran mucha más alegría en aquellos juegos que no necesitan de ningún elemento tecnológico, salvo su propia imaginación.
Precisamente el creador de esta historia es Ilan Brenman, un reputado escritor israelí, que ha conseguido crear un género de literatura infantil lleno de humor, en el que se desmontan todos los estereotipos de las historias para niños. Así lo demuestran otras obras suyas, algunas de ellas recomendadas otros días, como «Las princesas también se tiran pedos». Las preciosas ilustraciones, que en algunos casos se ofrecen como desplegables, son de Rocío Bonilla.
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