Lectura de regazo: qué es y qué beneficios ofrece a los niños

El amor por la lectura puede comenzar incluso antes de que el niño tenga el conocimiento necesario para leer el texto escrito. El encuentro con el libro como símbolo de la literatura puede desarrollarse con anterioridad a ese momento. El regazo del padre o la madre se convierte en un refugio emocional y, también, en un universo para crear un entorno de lectura compartida.

De este modo, el adulto acompaña al niño en su interacción con la historia. Y, por otra parte, el propio niño protagoniza sus primeros encuentros con obras que tienen grandes ilustraciones. Y, por tanto, la lectura se centra en la observación del contenido representado por medio de las imágenes. ¿Qué beneficios produce la lectura de regazo en el niño?

1. Escucha la voz de un ser querido

En la práctica de la lectura de regazo también pueden participar otros seres queridos como los abuelos. A través de esta vivencia, el niño escucha la voz del adulto que como lector comenta el relato.

2. Comprensión de la información visual

La lectura de regazo potencia el amor por la literatura por medio del encuentro cotidiano con el libro. El libro se convierte en un medio de interacción y de experimentación. El peque todavía no lee las palabras, sin embargo, sí se adentra en el universo de las imágenes (imágenes que están directamente relacionadas con lo real). Por ello, aumenta la comprensión de la información visual. Los elementos de una ilustración también remiten de forma intencional a objetos que forman parte del mundo.

3. Entretenimiento

Surge un espacio de diversión compartido en común. El adulto tiene la posibilidad de redescubrir la magia de la lectura a través de la mirada de quien experimenta esta aventura por primera vez. Y, a su vez, el niño aprende, se divierte y adquiere nuevos conceptos.

4. Una preparación para desarrollar el hábito lector en el futuro

Mantener el hábito lector a lo largo de la vida depende de múltiples factores. Sin embargo, la lectura de regazo actúa como una memoria feliz que está vinculada con los cuentos, el hogar, la familia y la compañía. Se produce un encuentro que alimenta el vínculo afectivo al compás de valores, emociones, sentimientos e ingredientes que están presentes en la historia. A través de la lectura de regazo, el adulto actúa como un mediador. Se transforma en un facilitador que propicia el descubrimiento de la magia que existe en cada historia.

Por tanto, la experiencia de la lectura adquiere formas diferentes a lo largo de la infancia. Y el regazo se convierte en un símbolo de la protección, ternura y encuentro. Un lugar desde el que los pequeños lectores dejan volar su imaginación desde las primeras lecturas (aquellas para las que no es necesario saber leer).

Con la cercanía de las próximas fiestas de Navidad, cuando el hogar es el escenario en el que transcurren tantos momentos felices, recordamos la importancia que tiene la lectura de regazo. Aquella que requiere de la implicación directa del adulto para que sea posible en la rutina cotidiana.

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