Leches de fórmula para el bebé: tipos y componentes
Es evidente que hasta, al menos, los seis meses la lactancia materna debe ser el alimento exclusivo de nuestro bebé. Pero sucede que a veces no es posible, es por ello que se han creado unas leches de fórmula con las que preparar a nuestro pequeño su ración de alimento diario.
En este caso será el pediatra el que nos aconseje que tipo de leche es la más adecuada. De todos modos tenemos que tener en cuenta que existen en diversos formatos: líquida y ya preparada para echarla al biberón, líquida concentrada o, la más popular, que viene en polvo. También debemos saber que se concentran en dos grandes grupos: la de tipo 1, que es la que va desde el recién nacido a los seis meses, y la de tipo 2 o de continuación.
Pero como debe suceder en todo tipo de alimentos envasados o semi preparados, es importante que nos fijemos bien en la etiqueta donde aparecen relacionados sus componentes. Así, en la leche especial para bebés, debemos fijarnos en los siguientes apartados:
- Proteínas. Debe ser similar a la leche materna, es decir suero 60 por ciento y caseína 40 por ciento.
- Hidratos de carbono. El carbohidrato mayoritario debe ser la lactosa, aunque aparezcan también glucosa y dextrinolactosa.
- Grasas. Debe aparecer el total de grasas divididas en saturadas y no saturadas, así como el porcentaje de cada una. También la cantidad de ácido linoleico y de ácido alfa-linoleico.
- Vitaminas. En algunas etiquetas aparecen todos englobados en un mismo título o por separado. Ten en cuenta que no deben faltar: además de la vitamina A, C, E…, también la vitamina B1, la B2, la B3, la biotina, ácido pantoténico y ácido fólico.
- Minerales. Igual que las vitaminas a menudo aparecen englobadas, pero es importante que sean: calcio, potasio, sodio, fósforo, yodo, magnesio, hierro, zinc, cobre, manganeso, selenio y cloro. También es normal que contenga aminoácidos con función alimentaria.
Vía | Consumer
Foto | Lechería latina