Le piden que demuestre su embarazo para cederle el asiento en el metro

Hay noticias que resultan especialmente estremecedoras, ya no sólo por su contenido dramático o impactante, sino por dejar esa sensación de sociedad decadente en la que a menudo parece que vivamos. La pérdida de valores, de ética o de sentido solidario, resulta tan evidente que sólo nos puede empujar a pensar que algo estaremos haciendo mal, sobre todo en la educación de nuestros hijos.

Y así es como me he sentido hoy al conocer esta noticia, que puede resultar ser sólo anecdótica y pasajera, pero que me ha dejado ese raro gusto a evidente tristeza. Yo creía que cederle a una embarazada el asiento en un transporte público, no sólo es una cortesía sino también una obligación moral, algo que parece que no está del todo entendido en según que lugares.

Todo ocurrió hace unos días cuando Raayan Zafar, de 32 años, tomó el metro en la estación de Victoria Line en Stockwell, al sur de Londres. En este país, las embarazadas llevan una credencial especial en el que se puede leer «Bebé a bordo», con el fin de tener ciertas preferencias a la hora de viajar. Se trata de una iniciativa que intenta concienciar a la población de la necesidad de respetar a las embarazadas y cederles el asiento en el metro.

Si bien, nada más subir al vagón, un hombres se levantó para cederle su asiento, al instante, y viendo que el hombre se levantaba, se le coló una mujer. Tras ser recriminada, y después de disculparse al no haber visto la credencial de la mujer, se levantó, momento que aprovechó otro pasajero para entrar en la escena y exigirle a la embarazada que demostrara que estaba en plena gestación.

Según las declaraciones realizadas por Raayan, en el periódico «Mirror», se sintió totalmente humillada:

Le mostré la insignia del ‘bebé a bordo’ y entonces de forma grosera e irrespetuosa me replicó: ¿Dónde está el bebé?…Estaba en shock. ¿Es esa la manera de tratar a una mujer? ¿Tengo que llevar siempre encima las pruebas de maternidad?

Vía | Telecinco
Foto | Pixabay – diego torres

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