Las galletas deberían ser ocasionales en la dieta del bebé

Son socorridas y están deliciosas, por eso las galletas son un alimento que ofrecemos con frecuencia a nuestro bebé, con demasiada frecuencia según los nutricionistas. Si imaginamos la pirámide nutricional, erróneamente colocamos las galletas en el grupo de los cereales, arroz y pasta, que son los alimentos que forman la base de dicha pirámide y deben ser consumidos a diario. Sin embargo, las galletas están en el grupo de los dulces y grasas, en el vértice de la pirámide, los alimentos que deben consumirse solo ocasionalmente.

Como en todo hay excepciones y por ello debemos acostumbrarnos a llevar las gafas de cerca, o una lupa de gran aumento, para leer la diminuta letra de las etiquetas de los envases cuando vayamos a comprar. Nos tenemos que fijar en la composición y en el contenido en azúcar, grasas totales y grasas saturadas. También resulta que debemos olvidarnos de los logos de la Asociación Española de Pediatría, ya que en algunas aparece como socio colaborador, es decir que ayuda en las investigaciones y cosas así, pero eso no significa, como erróneamente tendemos a pensar, que dichas galletas estén avaladas por este organismo.

Como podemos ver de forma gráfica en Comer o no comer, en este artículo de Julio Basulto, tendriamos que considerar las galletas bollería industrial, ya que pueden contener más grasas saturadas y azúcares que los tradicionales bollos, como magdalenas o croissants. Seguro que no das a tus niños un bollo a diario para desayunar o merendar pero ¿te lo planteas con las galletas?

Este otro artículo, de Laura Saavedra, te puede resultar muy útil para entender el etiquetado y saber que buscar en ellas para descartar o comprar una caja de galletas. Yo me vuelvo loca, porque no soy nutricionista, dietista, endocrino ni nada parecido. Las galletas han pasado a un segundo plano en desayunos y meriendas y ahora tenemos mucho cuidado con distanciarlas en sus menús.

Foto | Flickr-Jackie

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