La rivalidad de los padres por las notas de sus hijos
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En ocasiones, la evolución académica de un alumno contempla numerosos aspectos que van más allá de sus resultados. Sin embargo, cuando los padres compiten por los resultados académicos de sus hijos se enfocan en las calificaciones académicas como un medio para la comparación. Una comparación que persigue el brillo, la superación y la superioridad del propio hijo frente a los demás.
Es una visión que pone de manifiesto las propias carencias personales, puesto que esta perspectiva parece querer llenar un vacío a través de los logros, los éxitos y el brillo que se proyecta en la infancia del niño (en el que se depositan tantas expectativas).
Las calificaciones no miden el valor de una persona
Cuando las calificaciones académicas de los hijos parecen convertirse en una competición, las notas también se transforman en una conversación recurrente entre padres y madres. Y ese tipo de conversación también produce una presión añadida en niños que notan el significado que tienen sus propios resultados. Y es que, las notas, analizadas desde este ángulo, parecen describir el propio valor personal. Y las notas cambian, puesto que están condicionadas por numerosas variables. Sin embargo, el valor personal de un niño es invariable (aunque a veces parezca quedar eclipsado por los datos académicos.
Un resultado académico positivo o negativo hace referencia a un momento y una etapa concreta. Sin embargo, no debe interpretarse como una predicción de futuro. Y aquellos padres que compiten por las notas de sus hijos parecen anticipar y deducir grandes logros a partir de los resultados obtenidos en el colegio.
Cuando las notas eclipsan otros aspectos más importantes
El éxito y el triunfo, analizado en función de los datos obtenidos en diferentes asignaturas, deja en un segundo plano lo que es verdaderamente importante: la felicidad. Y es que, el valor de un aprendizaje o de una experiencia no está determinado por frutos que se evalúan constantemente. El niño tampoco tiene por qué centrarse de forma permanente en ámbitos en los que destaca por sus habilidades. En ocasiones, las notas parecen dejar en un segundo plano otros aspectos que son relevantes en el desarrollo y evolución del menor.
Las notas pueden favorecer la comunicación entre el centro académico y las familias. Pero en ningún caso deben propiciar la rivalidad y la competencia entre padres y madres puesto que esta base no favorece el desarrollo de relaciones positivas, la confianza, la empatía y la humildad. En ocasiones, las notas parecen tener un significado importante en el corto plazo puesto que ofrecen información sobre la evolución del alumno en el curso académico. Sin embargo, no es lo que más se recuerda a largo plazo en relación con la infancia, el aprendizaje y la felicidad infantil.
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