La hora sagrada: beneficios para la madre y para el bebé
La hora sagrada es un término utilizado en el ámbito de la neonatología, una disciplina que forma parte de la pediatría. La calidad del tiempo es importante en todas las etapas de la existencia. Y queda de manifiesto en el comienzo de la biografía a través del concepto que analizamos en Uno más en la Familia.
La primera hora de vida del bebé tiene un significado especial para él y para la madre. Es en este contexto en el que la práctica piel con piel ofrece beneficios desde diferentes perspectivas. En primer lugar, produce un efecto relajante. En consecuencia, alimenta la tranquilidad y la calma. Por otra parte, nutre el vínculo afectivo y el apego. Además, favorece la lactancia.
La formación del vínculo es esencial para ambos
La hora sagrada tiene un profundo significado a nivel vital y afectivo. Es el símbolo del encuentro y el conocimiento. Existen otras rutinas que pueden posponerse durante un tiempo. Sin embargo, la vivencia de la hora sagrada forma parte de un parto humanizado. Aunque recibe el nombre de hora dorada, su duración puede alargarse más allá de este plazo. Puede prolongarse hasta los noventa minutos aproximadamente. El nacimiento también está condicionado por variables propias de cada historia. Ten en cuenta que pueden producirse situaciones en las que no sea posible propiciar el contacto inmediato como consecuencia de diferentes factores de riesgo en la vida de la madre o del niño.
El contacto piel con piel no solo facilita la adaptación al cambio que experimenta el bebé tras el nacimiento. También incrementa la resiliencia materna y previene la depresión postparto. No solo cuida la salud emocional a largo plazo, sino que produce efectos inmediatos. Reduce el estrés y la ansiedad. Además, incrementa la autoestima y la autoconfianza para afrontar esta nueva etapa. Facilita la conexión con el presente y deja el recuerdo agradable de una experiencia extraordinaria. Por otra parte, fortalece el sistema inmunológico del niño y calma el llanto. Es un proceso sensorial para el bebé que percibe información a través del tacto, el olfato, el oído y la vista.
Cuidado de la salud emocional
El nacimiento de un bebé es un acontecimiento vital. Y, a su vez, su llegada transforma la vida de la madre. Los sesenta primeros minutos del encuentro tienen un significado profundo. Por ello, la hora sagrada recuerda qué es lo prioritario en este momento. Aunque existen otras rutinas y cuidados que son importantes, algunos procesos pueden esperar.
La vivencia consciente de la primera hora de vida del bebé parte de una necesidad objetiva desde el punto de vista fisiológico. El lenguaje del instinto está muy presente en ese periodo de tiempo que puede llevarse a cabo cuando no existe ningún tipo de riesgo tras el parto para la madre o para el niño.
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