Juguetes que ofrecen experiencias de aprendizaje: 6 beneficios
El sector de los juguetes proporciona un catálogo muy variado de propuestas. En definitiva, ofrece una amplia oferta de recursos y herramientas para seleccionar sorpresas que se adaptan a la edad y características del niño. Algunos juguetes no solo aportan entretenimiento, sino que suman experiencias de aprendizaje. ¿Qué beneficios aportan aquellas propuestas que cumplen con esta condición en la práctica?
1. Tienen un significado emocional y afectivo
El valor de un juguete va más allá de su precio o de su atractivo inicial. Aquellos productos que no despiertan el interés del niño a largo plazo, no se integran verdaderamente en la historia de su infancia. Por el contrario, los productos que se enmarcan en diferentes contextos, poseen un valor afectivo.
2. Fomentan el descubrimiento y la experimentación
El juguete es un medio que facilita la conexión con el entorno. Posee una perspectiva práctica y lúdica. Es un recurso que despierta la curiosidad y alimenta los sentidos. Es un instrumento que favorece el entrenamiento y la adquisición de nuevas habilidades. Por tanto, los juguetes que ofrecen experiencias de aprendizaje no solo transmiten lecciones prácticas, sino que propician la mejora continua de las capacidades personales.
3. Aportan calidad al tiempo de ocio
El juego tiene un significado muy valioso en la infancia: favorece el desarrollo integral del menor en la vida cotidiana. Alimenta su creatividad, su bienestar, su imaginación y sus habilidades sociales. Aquellas propuestas que se transforman en experiencias de aprendizaje añaden un mayor nivel de calidad al tiempo libre. Se integran en un proceso vivencial que pone el acento en el descubrimiento, el desarrollo de la autoestima, la observación de la realidad y el cuidado del entorno.
4. Inciden positivamente en aspectos esenciales del ser humano
Los juegos que ofrecen enseñanzas y aprendizaje práctico favorecen el desarrollo pleno porque inciden en aspectos clave de la existencia como la adquisición de nuevas palabras, el mantenimiento de la atención, la memoria o la conexión con el presente. La interpretación del juguete no es lineal: la experiencia siempre se personaliza con el punto de vista y el momento personal del protagonista.
5. Poseen una larga vida
Generalmente, los juguetes que aportan experiencias de aprendizaje no poseen una mecánica compleja. Por el contrario, destacan por su sencillez.
Se redescubren desde diferentes ángulos y perspectivas al compás del proceso de juego. Por ello, despiertan la atención y el interés de los niños a largo plazo. En definitiva, son recursos que se alinean con las verdaderas necesidades de los niños.
6. Descubrimiento del yo en su conexión con el entorno
El juguete se alinea con la realidad personal del niño. Este interactúa con el juguete, en consecuencia, da forma a la experiencia de aprendizaje.
Por ello, interactúa con la realidad, pero también se conoce mejor a sí mismo en su relación con el contexto. Las vivencias no solo giran en torno al universo externo, sino que también tienen un alto contenido emocional, sensorial y racional. Ofrecen un entretenimiento que se alinea con valores que fomentan el desarrollo personal. Son juguetes que enseñan habilidades y destrezas, pero también educan en valores positivos. Valores que inciden en el respeto hacia el entorno y la convivencia.
Comentarios cerrados