Juegos creativos para mejorar la ortografía

Juegos creativos para mejorar la ortografía

Escrito por: Sacra    25 enero 2011    2 minutos

La ortografía sigue siendo una de las asignaturas pendientes que, a lo largo de la vida del estudiante, más cuesta en aprender. Si a ello sumamos que, desgraciadamente, en la sociedad actual se le da un valor casi nulo a una correcta escritura, tanto que comunicarnos mediante ella suele ser una misión casi imposible, entonces nos encontramos con una dificultad añadida, no sólo puede resultar más o menos complicado si no que, además, no está «mal visto» escribir con faltas garrafales que cualquier niño de primaria debería tener más que superadas.

Ya vimos como Maite nos enseñaba algunos trucos para evitar que nuestros niños caigan en las redes de la indiferencia ortográfica: animarle a consultar el diccionario y practicar el hábito de la lectura son dos técnicas infalibles para un uso correcto del lenguaje. Pero si queremos ampliar el círculo y ofrecerle juegos divertidos para divertirse con las palabras y así, a un tiempo, mejorar su ortografía, podemos recurrir a estos sencillos ejercicios.

Jugar con listas de palabras. Haremos un listado de palabras, más o menos complicadas, y le invitaremos a escribir una frase divertida con ellas, lo haremos por turnos. También podemos hacerlo rimando. Decimos una palabra y tendremos que buscar otra que rime con la primera. Otro modo es buscar palabras de la misma familia: vecino, vecindario, vecinal… o hacer una cadena de palabras donde la última sílaba de la primera palabra sea la primera de la segunda y así sucesivamente: casa, saco, corta, tapón…

Otro bien divertido es crear una frase absurda. Siguiendo un orden establecido: artículo, nombre, adjetivo, verbo… el primer jugador escribirá una palabra de la clase que le haya tocado, dobla el papel y lo pasa al siguiente que, sin mirar, deberá escribir la suya, y así hasta completar ese orden establecido. De este modo pueden salir verdaderos disparates que, seguro, van a ser de lo más divertidos.

La poesía, además de ser un vehículo para expresar sentimientos, lo es también, por su musicalidad, una buena arma de juego para los niños. Coger un poema de cualquier autor y quitarle algunas palabras para que el niño ponga las suyas propias, comparando así los aciertos con el original y, a veces, comprobando que, bajo esa mano frágil y todavía inexperta, se puede esconder un alma de poeta.

Vía | Con mis hijos
Foto | Desarrollo del lenguaje

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