El Juego de la Serpiente: una actividad que anima a desplazarse sosteniblemente
Hoy finaliza la Semana Europea de la Movilidad Sostenible, y en el marco de esta celebración, la Unión Europea, propone un juego al que pueden sumarse todos los centros educativos que lo deseen en los distintos países. El objetivo principal es animar a niñas, niños y sus papás / mamás, a ir a clase caminando en bicicleta o en transporte público. Este proyecto nació en Flandes, pero ahora ya está presente en todo el continente. La actividad, como es de suponer, puede realizarse en cualquier momento del curso escolar.
Al convertir la iniciativa en una red a gran escala, se espera que tenga más impacto, y también intercambiar experiencias entre los participantes, que puedan motivar a seguir en el camino (nunca mejor dicho). Los colegios que desean inscribirse pueden hacerlo a través de la pestaña ‘súmate a la campaña’ de la web que encontraréis enlazaba al pie del post. Una vez tomada la decisión se eleve un periodo de dos semanas (del curso lectivo) para realizarse. El funcionamiento es sencillo y está muy bien explicado en el vídeo a continuación:
Los alumnos incrustan pegatinas en la serpiente cada vez que se desplazan sosteniblemente; y el profesor evalúa los resultados con una encuesta diaria de respuesta a mano alzada. Alcanzar puntos concretos del póster, es premiado con más tiempo de recreo, menos deberes, una manzana. Pero al llegar a la cabeza, la recompensa es más atractiva porque puede incluir actividades interesantes o excursiones.
En cada país, ‘traffic shake game’ es supervisado por puntos focales que lideran la campaña y difunden la información, valorando los resultados
¿Movilidad sostenible condicionada por premios?
No me malinterpretéis, no creo que “El juego de la Serpiente” sea una mala idea en sí misma, y por otra parte estoy viendo que se ha dedicado tiempo a pensarla y evaluarla. Sin embargo… le veo un «pero»: y es que los resultados esperados, lo deberían ser a largo plazo. Me pregunto si el aliciente de la recompensa no servirá para que la conducta desaparezca una vez esta deje de percibirse. Por eso he estado pensando en otras pequeñas cosas que a nivel individual y colectivo se pueden hacer.
También funcionaría para incrementar los desplazamientos sostenibles a la escuela
- Adultos actuando como modelos: esperar el verde en el semáforo, tener paciencia con otros viandantes y / o conductores.
- Desarrollo de caminos escolares bien señalizados y SEGUROS.
- Entornos seguros en las escuelas: a veces el recorrido es seguro pero al llegar a las inmediaciones del colegio, ¡uf! Debería entonces existir un compromiso local para cortar vías (o que sean de un solo sentido), desalentar el uso de vehículos particulares y desde luego regular el tráfico, vigilando especialmente en los semáforos y pasos de cebra.
- Carriles bici compatibles con el desarrollo urbanístico. Yo no llevaría a mis hijos en bici a las horas de entrada / salida de la escuela si no lo hubiera (me refiero al carril).
Para finalizar en cuenta recuerdo que nos debemos tomar en serio el asunto de la emisión de gases contaminantes, pero también la seguridad de los niños, pues como veíamos aquí “los traumatismos por accidentes de tráfico están entre las cuatro causas principales de fallecimiento en niños de cinco años”, y causan lesiones importantes en esas y edades superiores.
Página oficial | El juego de la serpiente
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