Juego expresivo: ¿Qué beneficios aporta a los niños?
Cada tipo de juego puede ponerse en conexión con el desarrollo de habilidades y competencias clave. Una dinámica de entretenimiento cumple una función concreta. Principalmente, ofrece diversión y conexión con el presente. Pero también aporta otros beneficios añadidos. En el caso concreto de aquellos juegos, que se clasifican en la categoría de expresivos, promueven el desarrollo integral del niño.
Ponen el acento en la comunicación y comprensión de emociones y sentimientos. El lenguaje corporal está muy presente en los juegos de expresión a través de los que los niños practican la inteligencia emocional, la introspección, la empatía, la observación y la aceptación.
Juegos para expresar emociones y sentimientos
Los juegos expresivos aportan dinámicas educativas y pedagógicas que se alinean con metas de inteligencia emocional y social. Como sucede con otras propuestas divertidas, los niños pasan un buen rato. Además, aprenden lecciones con un alto contenido humano durante el proceso.
EL juego expresivo no finaliza en la infancia, sino que tiene un componente terapéutico en la etapa adulta. De hecho, promueve el bienestar y el autoconocimiento: previene el estrés, alimenta el optimismo y crea el marco perfecto para conectar con el presente. Existen dinámicas de juego expresivo que se integran en espacios de formación sobre educación emocional para adultos.
Por medio del juego expresivo el niño adquiere recursos y herramientas para exteriorizar sensaciones, emociones y sentimientos. Es decir, puede compartir aspectos relacionados con su situación personal o su estado de ánimo. Pero también conecta con la realidad de los demás por medio de la observación del mensaje comunicado por otros compañeros. El cuerpo adquiere una gran relevancia en el proceso expresivo por medio de los gestos, el movimiento, la postura, la espontaneidad o la mirada.
El papel de la música como recurso expresivo
Existe otro recurso que también puede formar parte de un juego expresivo: la música. Es decir, una melodía puede poner voz y banda sonora a un momento concreto. Una canción bonita destaca por su ritmo, su armonía y su compás. Sin embargo, su función en el contexto del juego expresivo no es potenciar las habilidades para bailar en la infancia. Por el contrario, es un recurso afectivo que cada oyente puede interiorizar desde su perspectiva. La interpretación de una melodía no es lineal. La música es un elemento más, pero no es el único en el contexto del juego expresivo.
Aunque el juego expresivo pone el acento en la vivencia y comunicación de emociones y sentimientos, es un proceso que potencia el desarrollo integral del niño. Es una propuesta de ocio que se enmarca en dinámicas de grupo. Por ello, no solo favorece el autoconocimiento, sino también la empatía hacia los demás. El niño experimenta un alto nivel de conexión consigo mismo y desarrolla su libertad.
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