Inventos desafortunados para mamás y bebés
Hace unos días, buscando ideas para compartir en Halloween, me encontré con un curioso artículo. En él hablan de siete inventos dignos de esa fecha porque son terroríficos. Entre ellos hay dos relacionados con la maternidad, una jaula para niños y una centrifugadora de partos.
La Baby-cage, jaula para niños, fue inventada por Emma Read en 1922 y patentada un año después. Pretendía ser una solución a la falta de espacio en las casas de los inmigrantes norteamericanos y una opción para que los niños pudieran estar al aire libre. Según la documentación presentada al patentarla, «con los hechos a la vista, el propósito de la presente invención es proporcionar un artículo para bebés y niños pequeños, que se suspende en el exterior de un edificio, en donde el niño o joven puede ser colocado«.
Y eso era, una estructura metálica, que se adosaba al marco de la ventana, por fuera y donde se situaba al pequeño.La jaula se vendió, incluso llegó a Gran Bretaña. En su primera versión tenía una cubierta para proteger al bebé de la lluvia, la nieve o el sol directo.
Otro invento que hubiera merecido un IG Nobel es la centrifugadora de partos. George y Charlotte Blonsky patentaron en 1965 lo que ellos consideraron la máquina de partos del futuro. Convencidos de que la hembra humana tiene cada vez más dificultades para parir por sí misma, inventaron una forma de ayudar sin intervenir. La madre se sitúa sobre una tabla redonda, sujeta por un arnés, con una red que recogerá al bebé cuando salga. Se pone el invento a girar a gran velocidad, y la fuerza centrífuga ayuda a que se expulse al niño. Debe ser una experiencia inenarrable.
Vía | Fayerwayer