Intimidad emocional: ¿Cómo influye en la relación con tu hijo?

Un vínculo afectivo no determina, por sí mismo, el nivel de complicidad y confianza que sienten dos personas cuando están juntas. El amor también puede fortalecerse con la intimidad emocional. Una intimidad que, trasladada al vínculo entre un padre o una madre y su hijo, remite a esa sensación de seguridad que proporciona la mutua compañía.

Es decir, es un encuentro que simboliza la tranquilidad de estar en casa desde un punto de vista afectivo. La intimidad emocional es un refugio de calma, refuerzo positivo, acompañamiento, libertad y creatividad.

Qué es la intimidad emocional

Como hemos señalado, la cercanía del vínculo afectivo no determina, por sí misma, el nivel de felicidad experimentado en la maternidad o en la paternidad. La intimidad emocional no surge de forma casual, sino que se crea poco a poco. Y en la etapa en la que tu hijo es un bebé, este factor depende en gran medida de la disposición para alimentar la conexión emocional a través de la observación, la comunicación, los momentos compartidos en común… Pero también de la capacidad para evitar corazas que pueden llegar a convertirse en una auténtica barrera. Existen diferentes corazas de las que una persona puede desprenderse después de formar una familia. Una de las más habituales se presenta de la siguiente forma: “Tengo que ser fuerte”.

Por tanto, la intimidad emocional con tu hijo no solo remite al vínculo que os une y que se alimenta en la rutina cotidiana. Como puedes observar, por medio del ejemplo que hace alusión a las corazas emocionales, la auténtica conexión se produce cuando te muestras tal y como eres. Es decir, cuando profundizas en ti mismo a través de la introspección y emprendes un viaje que te lleva a reconocer bloqueos, miedos o límites.

La intimidad emocional con tu hijo, o con otra persona importante, no implica que toda tu atención o tu mundo gire en torno al otro. Sin embargo, encontrar un equilibrio en ese proceso es más complejo cuando el niño es pequeño. En ese caso, no es fácil identificar espacios de tiempo para uno mismo. Pero esos pequeños instantes son muy valiosos para ampliar la perspectiva.

Beneficios de la intimidad emocional en la relación con tu hijo

La intimidad emocional aporta bienestar anímico. Fortalece la confianza en el hogar. Por ello, es un factor que crea un clima acogedor en casa. Durante su proceso de crecimiento, tu hijo va a vivir otras experiencias que transcurren más allá del hogar. En compañía de otras personas. En ocasiones, puede sentirse vulnerable, inseguro o preocupado. Pues bien, es importante que al llegar a casa se sienta verdaderamente seguro y tranquilo para mostrar cómo se encuentra o expresar qué le ha ocurrido.

En otras ocasiones ya hemos hecho alusión al valor de la comunicación entre las familias y los colegios. Pues bien, la intimidad emocional en casa crea un marco propicio para que el peque comparta información sobre su rutina. Esa escena describe con especial claridad cuál es el significado de la intimidad emocional. Por ello, es un tema importante que te implica como padre o madre desde el nacimiento de tu hijo.

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