Inteligencia emocional: clave en la elección del colegio

Existen muchos aspectos que las familias tienen en cuenta cuando eligen un centro en el que el niño se forme durante un periodo importante de su vida. La oferta de actividades extraescolares, los servicios ofrecidos, una metodología innovadora, la calidad de las instalaciones, los valores que los profesores transmiten en el aula y la importancia de los idiomas son algunos ingredientes habituales que influyen en el proceso de búsqueda.

Sin embargo, existe una cuestión que cada vez adquiere una mayor relevancia, no solo en la elección del colegio por parte de los padres, sino también en la forma en la que las escuelas presentan su propuesta de valor ante la sociedad: la educación de las emociones ocupa un lugar muy importante en el proyecto educativo de distintos centros.

La importancia de las escuelas emocionalmente inteligentes

Las escuelas emocionalmente inteligentes son una inspiración en un periodo histórico en el que el ser humano es cada vez más consciente de que el éxito no debe interpretarse, únicamente, desde un punto de vista intelectual o racional. De hecho, la felicidad y la realización personal son los verdaderos triunfos de un ser humano que crece y evoluciona a lo largo de su vida. Un camino de aprendizaje y descubrimiento que comienza en la niñez.

El ejercicio de la inteligencia emocional se contextualiza en el hogar y también en la escuela. Existen muchas actividades que están directamente relacionadas con la expresión y el reconocimiento de emociones y sentimientos. Cuentos, dinámicas y juegos que propician el autoconocimiento. Cualquier padre o madre desea que su hijo sea feliz. La felicidad es un concepto que está alineado con el desarrollo de la inteligencia emocional y social. Porque la calidad de las relaciones personales, la comunicación asertiva y la empatía refuerzan la alegría.

Dos aprendizajes tan importantes como la lectura y la escritura comienzan a cultivarse en la infancia. De hecho, el tiempo dedicado a estas experiencias muestra el nivel de relevancia que leer y escribir tiene en la vida de las personas. Ejemplos concretos que sirven para poner en valor, también, el motivo por el que es esencial impulsar la educación de los sentimientos desde los primeros años de vida.

La educación emocional es una expresión de humanismo

El nivel de importancia que un centro educativo da a la formación emocional de los alumnos puede convertirse en un factor determinante para aquellos padres que buscan un colegio. La inteligencia emocional aporta recursos, herramientas y habilidades que propician estrategias de afrontamiento frente a la frustración y las dificultades.

Por otra parte, también fortalece las relaciones sociales durante la niñez. Las emociones y sentimientos constituyen una parte vital de la naturaleza humana. Por ello, las escuelas emocionalmente inteligentes están alineadas con la esencia de la persona. El niño experimenta emociones en todos los ámbitos de su vida. Y esta información influye en la relación con los demás, en el descubrimiento de la realidad y en el rendimiento académico. Por otra parte, las escuelas emocionalmente inteligentes también acompañan a las familias por medio de la presentación de espacios que promueven la formación de padres y madres. Aquellos centros que presentan un calendario de charlas sobre cuestiones relacionadas con la materia indicada, son un ejemplo de ello.

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