La importancia del respeto

La importancia del respeto

Escrito por: María Fuentes Gimeno   @MariaFuentesGim    30 mayo 2015    2 minutos

Vivimos en una época muy permisiva con los niños. En nuestra sociedad, a penas los reñimos por miedo a que se traumaticen. Nos mordemos la lengua para no gritarles, pero dejamos que nos griten. Nos enfurecemos con los maestros por llamarles la atención en clase y con las pocas tareas que les dejamos como responsabilidades, somos condescendientes si no las cumplen. Ahora la pregunta es ¿cómo se harán respetar en el futuro si no saben qué es el respeto?

Por su bien, por el nuestro, por el de la sociedad, enseñémosles a respetar. Para esto no es necesario recurrir a técnicas coercitivas, ni mucho menos, solo exigirles unas normas de educación muy básicas. Por ejemplo:

  1. Respetar la propiedad ajena. Esto va desde los juguetes y las habitaciones de los hermanos y amigos, a las instalaciones escolares. En este punto también es importante enseñarles que la calle y el mobiliario urbano es de todos y que por lo tanto no se debe dañar ni tirar basura.
  2. Enseñarles a agradecer. La palabra gracias que tantas veces decimos automáticamente, significa que valoramos lo que el otro ha hecho por nosotros y que comprendemos que su esfuerzo ha ido destinado a mejorar algún aspecto de nuestra vida. Por lo tanto, agradecemos conscientes, de palabra y corazón.
  3. El respeto a los mayores. Si queremos que de adultos se hagan respetar, es fundamental que respeten a los mayores y sobre todo, a los ancianos. La empatía hacia este sector de la sociedad es algo que se aprende. No permitamos que les hagan burlas y enseñémosles a hablarles de usted. Esta forma lingüística no se debe perder, pues es una de las mejores manifestaciones de respeto. Al usarla, estamos significando que respetamos el espacio ajeno y que dejamos en las manos del otro la posibilidad de permitirnos un mayor grado de confianza.
  4. Decir «lo siento» no es suficiente. Pedir perdón es como dar las gracias, se puede decir en automático, solo para que nos dejen en paz, perdiendo así todo su significado. Cuando pidan perdón deben mirar a los ojos y decir el porqué. No es lo mismo «lo siento» a «siento haber roto tu juguete».
  5. Respetar el tiempo ajeno. El tiempo es nuestra propiedad más valiosa. Se va y no podemos recuperarlo. Por ello es tan importante que enseñemos a nuestros hijos a ser puntuales, cumplir los compromisos adquiridos con otros y prestar atención cuando alguien está dedicando su tiempo a enseñarles algo.

Vía | Carmel Moments
Foto | Flicker-Piulet

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