La importancia de entender que los niños necesitan terapia
En ocasiones debemos entender que nuestros niños necesitan terapia, debemos acompañarlos a visitar a un psicólogo, esto no es nada malo. Hoy te hablaremos acerca de lo que debemos hacer si se niegan a hacerlo y cómo, nosotros los adultos, deberemos aceptarlo.
Convencer a un niño de que vaya a un psicólogo podría ser algo difícil, si lo forzamos demasiado quizás no sea bueno, pero tampoco podemos acceder a que no empiecen un tratamiento que será muy bueno para él.
Antes de empezar una pelea o discusión que termine en la puerta del profesional tendremos que reflexionar sobre el tema, comenzando por ver las razones del rechazo. En ocasiones puede ser únicamente por rebeldía, en otros casos los niños más grandes (caso adolescentes o adolescentes) podrán desconfiar del secreto profesional del psicólogo y sentirán que todo lo que hablen en ese espacio será contado con punto y señales a sus padres.
Un punto clave que deberemos trasmitir los adultos es que este tipo de tratamiento es algo positivo.
En algunas familias, por otro lado, realizar terapia está mal visto, o puede ser que uno de los padres esté de acuerdo y el otro no, trasmitiendo su negativa al niño. Otros pequeños no quieren hablar de sus problemas en el hogar por ser tomado como ‘el pequeño conflictivo y problemático’.
Un punto clave que deberemos trasmitir los adultos es que este tipo de tratamiento es algo positivo, que lo mejor será que acudan por un tiempo aunque no tengan muchas ganas, así podrán ir viendo los beneficios y los cambios que en ellos se van manifestando.
No podemos dar una respuesta única ante la negativa de los niños al comenzar o durante la realización del tratamiento. Los profesionales seguramente realizarán su trabajo basándose el juegos, en el uso de las palabras, dibujos y motricidad. Dependerá de cada caso en particular y de la edad del niño. El pequeño que acuda al consultorio deberá dejar desear de estar angustiado, sufrir. La angustia podrá ser un buen motor para el tratamiento, una manera de pensar que el cambio será posible.
Si empieza a verlo como una obligación que se deberá tener semanalmente será permeable a su propio cambio.
Existen algunos recursos que podremos tener en cuenta a la hora de ayudarlos a comenzar una terapia. El tema en que los padres tomemos y abordemos el tema podrá ser determinante y marcar la diferencia. Se puede hablar con el niño y decirle la idea de ir a conocer a un psicólogo o psicóloga en vez de emplear el término ‘terapia’, que van a jugar, dibujar, hablar que se irá algunas veces para tener un diagnóstico y en base a eso evaluar si se seguirá yendo o no.
Si después de una sesión no quiere seguir hay que intentar que ponga en palabras lo que siente, si el problema es que no se siente bien yendo, si está angustiado, si el profesional no le genera confianza. Otro aspecto clave es explicarle al niño qué es un psicólogo y qué es lo que hace.
Vía | Embarazo y maternidad
Foto | Pixabay – Counselling
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