Impétigo, una infección de la piel
La piel de los bebés y los niños pequeños es muy sensibley hay muchas cosas que pueden irritarles. Una de las afecciones más frecuentes es el impétigo. Es una infección bacteriana de la capa superficial de la piel, altamente contagiosa y que afecta a bebés y niños (también adultos) especialmente cuando las condiciones higiénicas no son adecuadas. Al ser tan contagiosa, que un niño la tenga no quiere decir que no le cuiden bien.
Afecta a la piel en cualquier zona del cuerpo, especialmente alrededor de la boca y la nariz. Los síntomas aparecen entre 4 y 10 días después del contagio. Se presenta como granitos rojos que terminan siendo vesículas. Al romperse éstas, por el rascado o el roce, sale líquido y se forma una costra color miel. Hay dos tipos de impétigo, bulloso o ampolloso y no bulloso o no ampolloso, según la bacteria que lo cause y el tipo de lesiones que provoca.
El médico diagnostica el impétigo en primer lugar por el aspecto de las lesiones y después mediante un cultivo en el que se buscan los estreptococos causantes de la infección. Para tratarlo es necesario mantener una higiene escrupulosa de las manos porque se contagia por contacto. La zona afectada se lava dos veces al día intentando quitar las costras con suavidad. El médico recetará antibiótico cuando sea necesario, generalmente en pomada.
La mejor prevención del impétigo es la higiene. Baño diario, lavado de manos, cabello y cara frecuente y no compartir toallas ni sábanas con la persona infectada. Mantén a tu niño en casa durante 24 horas una vez iniciado el tratamiento y no le dejes jugar con otros niños hasta que esté curado. Tampoco es conveniente que el paciente o quien esté a su cargo se acerque a un recién nacido. El impétigo suele ser leve, sin embargo si no se trata apropiadamente puede terminar siendo un problema serio de salud.
Vía | SaludlandiaFoto | Health Library
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