Ictericia fisiológica: un problema bastante frecuente
La ictericia es una alteración muy común que puede suceder en el 60 por ciento de los recién nacidos. ¿Cómo darnos cuenta si nuestro bebé la sufre? Muy fácilmente, se pone amarillo. Esta afección no es grave y en muy pocos casos necesitaras un tratamiento especial.
Esto suele pasar cuando el bebé nace antes de lo previsto. Cuanto más prematuro sea el bebé más factible es que se presente ictericia, aunque puede pasar que un bebé nacido a tiempo pueda tenerla también.
El único síntoma que presenta, como te dijimos anteriormente, es su color amarillo, junto con las membranas mucosas y los ojos, pero quédate tranquila que esto no les provoca ningún dolor.
Por lo general aparecen entre el segundo y el tercer día de vida y desaparece a la semana.
Para entender el motivo por el cual aparece te contamos que todos los bebés nacen con un exceso de glóbulos rojos que ya no son necesarios después del nacimiento. Estos glóbulos se van destruyendo y van liberando un pigmento derivado de la hemoglobina llamado bilirrubina. El hígado es el órgano que se encarga de eliminar el exceso de este pigmento a través de la bilis. Si el hígado no terminó su maduración no tiene la capacidad de eliminar en forma correcta este pigmento. Por este motivo, la bilirrubina se deposita en la piel del bebé y tiñe su cuerpito de color amarillo. En pocos días el hígado completará su maduración y la piel volverá a su coloración normal.
Por lo general no es necesario realizar ningún tratamiento específico. Solo se requiere tratamiento si los niveles de bilirrubina son muy altos o si se extiende más de lo deseado. El tratamiento para estos casos es la fototerapia. Consiste en la exposición del bebé a la luz ultravioleta varias horas al día. Esto ayuda a que el pigmento se evapore de la piel rápidamente.
Fuente | El pediatra en casa del Dr. Marcos Mercado