I. Manchas en la piel del bebé
Desde el momento del nacimiento del bebé y durante la infancia, pueden aparecer manchitas de diversas tonalidades, formas y tamaños en la piel del bebé; la mayor parte de ellas son inofensivas y no requieren tratamiento. Algunas desaparecen solas con el paso del tiempo y otras necesitan aplicación de ungüentos o cirugías para ser removidas, por este motivo es importante acudir al pediatra y consultar con él la naturaleza de la mancha, para saber qué hacer al respecto.
Cada tipo de mancha tiene una denominación diferente, que permite distinguirla de las demás; algunas de estas subdivisiones pueden ser:
- Lunares: Son aglutinaciones de melanocitos, (las pequeñas partículas que pigmentan la piel) por lo cuál esta sección de piel se ve de color oscuro, marrón o rojizo; el borde de la mancha está bien definido, la forma puede ser redonda o irregular, un poco abultada y a veces incluir vello en la superficie.
Pueden medir unos pocos milímetros u ocupar grandes zonas de piel y aparecer desde el nacimiento o más tarde; los lunares no se quitan nunca y en ocasiones aparecen en la misma posición en que los tienen los progenitores. Cuando sale un lunar en la cabeza, entre el cuero cabelludo, generalmente el niño tiene el mechón de pelo cercano de un color más claro o rojizo; generalmente son benignos, pero es recomendable que los revise un dermatólogo, si el tamaño es muy grande o se ven irregulares.
- Mancha mongólica: Es un tipo de manca de color azulado claro, no protuberante, que aparece en la baja espalda desde el nacimiento del bebé. Presenta una forma generalmente triangular, y es de carácter benigno; desaparece comúnmente durante la pubertad y no requiere tratamiento.
Vía l Mucho bebes