El huevo en la alimentación del bebé
Ya hemos visto que el huevo es uno de los alimentos indispensables en la dieta de nuestro bebé ya que resulta una fuente importante de nutrientes, vitaminas y minerales que tan necesarios son para su perfecto desarrollo.
Aunque el huevo completo se puede ofrecer al niño a partir de los doce meses, algunos pediatras ya lo aconsejan a partir de los ocho o nueve meses y de forma paulatina. Primero le ofreceremos un poco de yema para ir aumentando su cantidad escalonadamente, de este modo vigilaremos si aparece la, tan temida, alergia a este alimento.
Aunque será tu pediatra el que te vaya indicando cantidades, se recomienda que, a partir del año, se coman de dos a tres huevos por semana. Los podemos preparar de muchas maneras: duros, pasados por agua, en tortilla, fritos… y siempre utilizando tanto la yema como la clara. Y es que, aunque es cierto que la yema tiene mucho más alimento, por razones de colesterol y grasas, es importante que compensemos con el equilibrio de la clara.
Aunque los huevos son alimentos seguros debemos tener en cuenta diversos consejos para su conservación y utilización:
- Nunca compres huevos que estén rotos o sucios.
- Aunque tienen una gran capacidad de conservación, es mejor conservarlos en la parte del frigorífico que menos enfría.
- Para evitar problemas con la salmonela, es aconsejable comerlos bien cocidos y lo antes posible.
- La clara suele ser la parte más difícil de digerir, por eso para que la tolere bien, lo mejor es cocerla bastante.
- La clara cruda, por el contrario, suele ser un excelente vomitivo casero por si se ha ingerido algún producto tóxico.
- Si eres de las que, a pesar de llevar extremo cuidado, sigues teniendo cierto temor a este alimento, en la actualidad existen en el mercado huevos pasteurizados que son una buena garantía sanitaria.
Fuente | “La alimentación infantil” – Assumpta Miralpeix (Plaza & Janés, 2002)
Foto | Vitónica